Denuncian a Molinos Cañuelas por vaciamiento, lavado de dinero y fuga de capitales

La aceitera habría realizado operaciones similares a la cerealera Vicentin durante el gobierno de Mauricio Macri. Hay una deuda millonaria y dudosos movimientos de dinero

Un acreedor denunció que la firma Molinos Cañuelas, holding agroexportador con operaciones en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia, habría incurrido en las mismas operaciones que terminaron con la trunca expropiación de la santafesina Vicentin.

Cañuelas dejó una millonaria deuda con varios bancos públicos y privados. En abril de 2018, la firma acusó inestabilidad económica en el país y retiró su oferta públicas de acciones en la Bolsa porteña. Las maniobras del grupo Cañuelas son investigadas por el estudio Moyano & Asociados, en representación de un acreedor de la empresa.

«Un potencial cliente acreedor de MOCA (Molinos Cañuelas) nos pidió una opinión legal respecto de este tema. Según lo analizado hasta el momento vemos un mismo modus operandi que el de Vicentin, mismos actores y hasta mismas maniobras. Y lo que es llamativo, esta íntimamente vinculado entre ambas compañías», aseguró a la prensa el estudio que analiza el tema y que también lleva adelante un litigio en Paraguay por presunto lavado contra Vicentin.

La vinculación entre ambas empresas surgió a fines de 2019, cuando Molinos Cañuelas firmó un acuerdo con Buyatti para utilizar la planta Vicentin en San Lorenzo.

Según documentación presentada a la Bolsa, el último balance presentado por MOCA fue ese mes y año, en el cual acusó una pérdida de 1.809 millones de pesos.

El 13 de julio de 2018, su titular, Aldo Adriano Navilli, envió una carta a la Comisión Nacional de Valores, para comunicar el retiro de la oferta pública de las acciones de Molinos Cañuelas «atento a las fluctuaciones imperantes en el mercado financiero, tanto local como internacional».

El directivo anticipaba «muy improbale que la Sociedad ofrezca nuevamente sus acciones al público inversores en el mediano y largo plazo».

En ese momento la composición de la empresa se repartíó entre la familia: Aldo Adriano Navilli (25 por ciento), Carlos Adriano Navilli (25 por ciento), Ricardo Navilli (25 por ciento), Adriana Elba Navilli (20 por ciento) y Marcos Villemur (5 por ciento), según los datos enviados a la Bolsa en abril de 2018.

La empresa debe 1.400 millones de dólares al Rabobank, Corporación Financiera Internacional (mismo programa de apoyo de financiación de exportaciones aplicado a Vicentin), Banco Ciudad y el Deutsche Bank.

También le debe al Banco Nación, HSBC, Santander, Provincia de Buenos Aires y Banco Macro. Este último, comando por Jorge Brito, es quien pidió la quiebra. Un caso particular es el BICE, a cargo entonces -ad honorem– del exministro de Producción Francisco Cabrera, que le prestó a Molinos Cañuelas cuanto la empresa ya estaba en mora con todos los bancos mencionados y eran conocidas sus dificultades financieras.

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