En una sesión que se extendió hasta la madrugada del viernes, el Senado rechazó con contundencia el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) mediante el cual el presidente Javier Milei había asignado 100.000 millones de pesos a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) para actividades de espionaje. Con 49 votos en contra, que representaron más de dos tercios de los senadores presentes, la Cámara Alta asestó la más dura derrota al Gobierno libertario en el ámbito legislativo hasta el momento.
El debate fue breve, ya que la suerte del DNU estaba prácticamente decidida desde antes de iniciar la sesión. La asignación de fondos a la SIDE había generado amplio rechazo entre los bloques opositores, que cuestionaron la falta de transparencia y la concentración de recursos en un área sensible como la inteligencia estatal. Los senadores que se opusieron al decreto argumentaron que se trataba de un intento del Ejecutivo por fortalecer el aparato de espionaje, lo que consideraron una amenaza para la democracia y las libertades individuales.
El rechazo del DNU no solo implica un freno a la medida específica, sino que también representa un golpe significativo para la administración de Milei, que enfrenta crecientes desafíos en su relación con el Congreso. Este desenlace confirma la falta de apoyo parlamentario para las iniciativas del Gobierno libertario en temas cruciales, evidenciando la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo en la actual coyuntura política.
Con esta votación, el Congreso ratifica su postura contraria a la asignación discrecional de fondos a organismos de inteligencia sin la debida supervisión. La derrota en el Senado marca un punto de inflexión en el Gobierno de Milei, que ahora deberá replantear su estrategia para avanzar con su agenda en un escenario legislativo adverso.