Emotivo Vía Crucis y procesión

Muchos vecinos se sumaron por las calles del centro quilmeño a acompañar la caminata junto a la tradicional imagen de Jesús Nazareno. Tanto la emoción como la reflexión dijeron presente en esta jornada tan significativa para los católicos

Con el tradicional Vía Crucis y la procesión por la Semana Santa se realizó ayer la procesión por las calles del centro quilmeño donde los vecinos acompañaron con la imagen de Jesús Nazareno, un día de reflexión previo a la Pascua de Resurrección en el que los fieles fueron los protagonistas de la ceremonia.
Asimismo se conoció el mensaje pascual de los obispos de la Diócesis Carlos Tissera y Maxi Margni: «¡Feliz Pascua! Muy sencillamente el evangelio nos narra el hecho más maravilloso y trascendente de la historia humana: la Resurrección de Jesucristo. Es la buena noticia, el Evangelio que anunciamos. «Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él; y nos envió a predicar al pueblo» (Hch. 10, 38.42). La misma tarde de la Pascua, aparentando ser un simple peregrino, se acerca a dos discípulos que se volvían enojados y tristes a Emaús, y conversa con ellos explicándoles las Escrituras que anunciaban los padecimientos del Mesías, su Muerte y su Resurrección. Al llegar al pueblo, ellos lo invitan: «Quédate con nosotros porque ya es tarde y el día se acaba» (Lc. 24, 29). Y lo reconocieron «al partir el pan» (v. 35). Ese mismo atardecer, en la ciudad de Jerusalén, se les apareció a los Apóstoles, «y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor» (Jn. 20, 19-20).
«Hoy, estas palabras bíblicas llenan de paz y de alegría nuestros corazones, alimentando nuestra esperanza y fortaleciendo nuestro amor».
«Hoy, también Dios nos dice: «No tengan miedo». Jesús sigue caminando junto a nosotros realmente. Sigue mostrándonos sus manos y su costado, sus llagas gloriosas en la persona de nuestros prójimos: los que están solos, tristes, angustiados, sin techo, sin trabajo, enfermos, jubilados y ancianos abandonados, jóvenes atrapados por la droga, niños desnutridos, las víctimas de la trata y del abuso, las personas víctimas de toda clase de violencia, tantos rostros desfigurados por la miseria y el descarte; los que son perseguidos e injustamente encarcelados. No tengamos miedo a la realidad, que pide de nosotros la apertura del corazón para acercarnos y compartir con tantas hermanas y hermanos; acogerlos en nuestras comunidades, y luchar con ellos por la causa de un mundo más justo y equitativo. La realidad que vivimos es más que preocupante, particularmente para los más vulnerables. Alentamos a todos los que trabajan en tantos centros de asistencia a los niños, jóvenes y ancianos más pobres. No bajemos nuestros brazos para crecer en solidaridad. Valoramos los esfuerzos que tantas personas realizan para elaborar y ejecutar políticas de inclusión y recuperación de fuentes de trabajo».
«La Semana Santa reaviva en el alma las palabras de Jesús: «el que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga» (Lc. 9, 23) Como Jesús Resucitado se acercó a los muchachos de Emaús, que se sentían defraudados, amargados y sin esperanza, abracemos la cruz de los que sufren cerca nuestro, hagamos todo lo que podamos para compartir su vida. Allí experimentaremos a Jesús Resucitado que nos muestra sus manos y su costado. Es la experiencia profunda del amor verdadero; es la presencia misteriosa del Reino de Dios entre nosotros. Con nuestro saludo pascual, los bendecimos de corazón»; Carlos José Tissera y Marcelo Julián (Maxi) Margni.

Una gran cantidad de fieles acompañó la procesión por las calles del centro quilmeño
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