Mucho se discute en el fútbol si existe o no la suerte. Algunos creen que en caso de aceptar su existencia sería quitarle méritos a lo que se hace en el campo de juego. Lejos de eso, la suerte debe ser un factor adherente para cualquier equipo que pelee en lo más alto; pero sí está claro que con eso solo no alcanza para construir a un equipo que consiga el ascenso.
Este fin de semana, por ejemplo, el puntero Almirante Brown ganó en el último minuto un increíble partido ante Riestra. Un rechazo dio en la cara de un jugador de la Fragata y se metió en el arco. El líder sigue su andar a paso firme en el torneo.
En su viaje a Mar del Plata, también Quilmes la tuvo de la mano. Sin jugar bien y recibiendo el incesante ataque de un equipo de mitad de tabla como Alvarado, pudo hacerse de un triunfo muy importante para sostenerse en la pelea de arriba.
El árbitro Lucas Novelli y el asistente número uno Matías Bianchi cometieron un grosero error en la jugada previa al penal convertido por Pons. No cobraron una evidente posición adelantada del exdelantero de Arsenal. Ese error terminó siendo determinante para el resultado final.
Así Quilmes pudo darle valor al triunfo que había conseguido ante Tigre y sigue firme metido en la discusión. Pero el equipo de Sava deberá mejorar. No puede darse el lujo de jugar con un solo futbolista de marca en el medio. Ese desprecio, produjo por ejemplo que Alvarado tuviese una docena de córneres que no supo capitalizar. Los delanteros como Bonetto y Barbieri puestos a volantes, por el descalabro posicional al que suele entrar Quilmes, terminaron jugando como laterales.
No siempre la suerte lo va a acompañar. Por las dudas, no hay que desafiarla.
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Sebastián Kerle
