Comenzó el juicio al exjefe de la hinchada de Independiente y otros dos sujetos por el crimen del exbarra de Quilmes, Fabián “El Animal” Guzmán y su hijita de casi 3 años, ocurrido hace 7 años en Bernal Oeste..
Por los asesinatos de Guzmán y su hija Mía, están siendo juzgados César Hugo “Loquillo” Rodríguez (46 años). El hermano de “Loquillo”, Mauricio Blas Javier Rodríguez (30 años) y Tomás Enzo “Tomy” Amarilla (26 años), son los otros dos imputados.
El primer testimonio que escuchó ayer el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº4 de Quilmes, integrado por los jueces Alberto Elio Ojeda, Andrea Vanina Calaza y Edgardo Salatino, fue el de Carla, la esposa de Fabián Guzmán y mamá de la pequeña Mía. La mujer no fue testigo del momento en que les dispararon porque había ingresado a la vivienda. No obstante, relató los dramáticos momentos vividos y recordó que duró “una eternidad” el trayecto para llegar al Hospital de Solano con su beba en brazos en el vehículo de un vecino.
El hecho ocurrió el domingo 28 de febrero de 2016, alrededor de las 15, en la puerta de su casa, ubicada en la calle 193 bis, entre Agustín Pedemonte y Rodolfo Ragucci, en Bernal Oeste.
Guzmán trabajaba como empleado en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación desde hacía 10 años y era delegado gremial de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN). También coordinaba un comedor comunitario en la zona de la la villa “La IAPI”.
Los asesinos fueron directo a matar. “No le dieron tiempo a nada. Frenaron, sacaron un arma y empezaron a disparar”, recordó en su momento Florencia (22), hija y hermana de las víctimas, que al momento del hecho logró escapar de los tiros cargando a su propia hija en brazos. “Una vez que los balearon y los dejaron tirados en la vereda siguieron tirándome a mí. Yo agarré a mi nena de dos años y me puse a correr. Ellos seguían disparando, me tiraron dos balazos más. Todo a cara descubierta, nunca los había visto. Me tiré al piso, después me puse a correr. Arrancaron la moto y siguieron tirando”, relató.
Según detalló un informe del diario Olé, Guzmán (alias “El Animal”) había sido clave en el grupo del histórico líder de la barra, Osvaldo “Dedo” Becerra. Cuando éste perdió en 2013 el poder a manos de Ramiro Bustamante, la víctima se alejó.
Bustamante fue tiroteado por la facción La Cañada de la barra y empezó una guerra. Ante esto, algunos viejos “pesados” volvieron a acercarse. Uno fue el “Animal”, que habló con la nueva conducción de la barra para sumarse. Pero lo mataron antes de que lo hiciera.
El vínculo de la pelea en la barra con el crimen se apoya, en parte, en un testigo de identidad reservada que habría acusado a una facción de la barra –el grupo comandado por Mauricio Rodríguez, hermano de “Loquillo”, ex jefe de la hinchada de Independiente– por el crimen. El contexto ayuda: la semana pasada hubo golpes y corridas entre los hinchas de Quilmes. Y si bien la hija de Guzmán aseguró que su padre no era de la barra, otro familiar de la víctima admitió a Clarín que sí estuvo vinculado con Becerra.
Otra línea de investigación está asociada al comedor comunitario que coordinaba Guzmán, “Los Kilmensitos”, ubicado en Misiones entre 177 y 178), en “La IAPI”. “Es un comedor nocturno que funciona hace doce años”, explicó Florencia. “Trabajamos en un comedor y le damos de comer a 120 chicos. Y con este vecino, que vive enfrente, ya veníamos teniendo problemas. Sabemos que ahora apareció un testigo señalando a quienes podrían ser los asesinos, pero estamos en un momento en el que no sabemos en quién confiar”, le contó en su momento a Clarín otro familiar de Guzmán.
