La exposición de los ojos a los rayos ultravioletas puede generar daños irreversibles

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Especialistas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) advierten que la exposición de los ojos a los rayos ultravioletas (UV) puede generar daños y efectos secundarios irreversibles a nivel ocular. A pesar de que el cuidado durante el verano se centra en la piel y en el uso de protector solar, las optómetras recomiendan cuidar la visión con lentes provistos por profesionales matriculados y viseras que impidan la llegada de la radiación del sol a la vista. Según la Academia Americana de Oftalmología, a mediano y largo plazo, la falta de cuidados podría provocar cataratas y cáncer ocular. En este sentido, la OMS señala que hay al menos 2200 (es decir, más de un cuarto de la población mundial) millones de personas con deterioro de la visión cercana o lejana y que casi la mitad de los casos podrían haberse evitado.

LA IMPORTANCIA

“Es importante que cuidemos nuestros ojos porque son los órganos del sentido de la vista. A través de la vista percibimos el 80 por ciento de la información que sucede a nuestro alrededor. Por eso, es esencial mantener una buena salud visual a lo largo de la vida”, señala Magalí Ocampos, licenciada en Óptica Ocular y Optometría de la UNLP, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
A su vez, en conversación con la Agencia, la optómetra Micaela González agrega que el cuidado para evitar lesiones sirve no solo para prevenir futuras patologías en los ojos, sino también en los párpados.
En este sentido, las personas que están expuestas a la radiación UV pueden sufrir consecuencias en el corto y en el largo plazo. A corto plazo, detalla Ocampos, “puede suceder una inflamación de los tejidos oculares de manera temporal, como por ejemplo la conjuntiva, y a largo plazo se pueden alterar las transparencias de los medios oculares que tiene el globo ocular y generar opacidades en la córnea y en el cristalino. Además, se pueden sufrir alteraciones a nivel de la retina”.
El cristalino es la parte transparente ovalada ubicada detrás del iris (la parte coloreada del ojo) y la pupila. Su función es enfocar los rayos de luz en la retina y, sin el cristalino, el ojo está desenfocado y la visión es borrosa. Por su parte, la córnea es la capa exterior transparente que se encuentra en la parte delantera del ojo y lo ayuda a enfocar la luz para ver con claridad.
A su vez, González añade que “las alteraciones a nivel de la retina generalmente son irreversibles y las consecuencias a nivel ocular que puede sufrir una persona que está expuesta a la radiación UV sin protección suele darse en la piel de los párpados”.