La inseguridad no cede pese a refuerzos

A pesar de los operativos de saturación, la llegada de cinco patrulleros, la colaboración de Gendarmería y las reuniones de las instituciones de bien público que colaboraron en mejorar la situación, la inseguridad no cede en Berazategui.
Un comerciante del centro de la ciudad, volvió a sufrir un intento de entradera en su domicilio y ya evalúa mudarse de su barrio.
En los últimos 15 días la familia de Maxi (un querido comerciante del centro de Berazategui) sufrió dos violentos intentos de asalto. El último quedó grabado en una cámara de seguridad y muestra el momento en que dos delincuentes los interceptan cuando llegaban a su casa. La víctima dijo: «arranqué y aceleré sin importarme lo que había adelante». Su mujer estuvo a punto de bajar del auto con uno de sus hijos en brazos y el ladrón les apuntó. «En todo momento estuvimos a merced de él», remarcó Maxi y le envió un mensaje al delincuente: «le agradezco que no haya disparado», si bien analizó: «si me quedaba tampoco tenía garantías de que no fueran a matarnos. Le alcancé a gritar a mi esposa que se agachara y pisé el acelerador». Hacía dos semanas le había pasado otro hecho estremecedor: «patearon la puerta de mi casa para entrar», dijo Maxi aunque reconoció que afortunadamente, no hubo víctimas para lamentar. No obstante ambos hechos los dejó en shock y la familia evalúa mudarse: «me apuntaron dos veces, ¿voy a esperar una tercera?», se preguntó Maxi con desesperación.
La comunidad de Berazategui no tiene respiro. Dos muertes recientes, la de la docente Sofía Sliwa, a la que mataron a golpes en una entradera en Ranelagh, aún impune y la comerciante del centro Gertrudis Rojas, salvajemente apuñalada a pesar de entregar la recaudación, con homicida preso, alertaron a vecinos y autoridades, hubo refuerzos pero la delincuencia está desatada, parece incontrolable.

 

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