«La protección del financiamiento de la educación es un imperativo político y ético»

El ministro de Educación de la Nación, Nicolas Trotta, ante la UNESCO

El ministro de Educación de la Nación, Nicolas Trotta, disertó en el Segmento Técnico de la Reunión Mundial de Educación 2020 (GEM2020) de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El encuentro, donde se abordaron los desafíos de la educación pospandemia, contó con la participación de representantes de los Estados Miembros y de diversas organizaciones de la sociedad civil, quienes ampliaron su compromiso con la educación como la inversión más decisiva para una recuperación y un futuro sostenibles.

En la apertura del Panel «Proteger el financiamiento nacional e internacional de la educación», que contó con la participación de ministros de Camboya, Benin, Guyana, Palestina, Costa Rica, Liberia y Jordania, el titular de la cartera educativa argentina destacó la importancia de sostener con recursos económicos al sector, ya sea con medidas dispuestas por las administraciones locales como con asistencia de la comunidad internacional. Al respecto, señaló que «desde el inicio de la pandemia COVID-19, mantuvimos diálogos a nivel regional y global, incluyendo a UNESCO, UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (que nos ha ayudado en la definición de nuestras estrategias de alimentación escolar) y el G20, entre otros. Además hemos realizado más de 30 reuniones bilaterales que nos han ayudado a definir no solo las acciones de respuesta inmediata a la pandemia, sino también sus consecuencias a mediano y largo plazo».

El encuentro proporcionó una plataforma única para el intercambio entre los líderes políticos de alto nivel, los encargados de la formulación de políticas y los agentes de la educación mundial para proteger y repensar la educación en el mundo actual y posterior al COVID-19, y acordar medidas prioritarias a nivel mundial para la recuperación y el progreso de la educación.

Según la UNESCO, escuelas, universidades e institutos de más de 190 países fueron cerrados durante la pandemia interrumpiendo la educación de 1.600 millones de estudiantes, con cientos de millones de niñas, niños y jóvenes que no pudieron continuar con los procesos de enseñanza y aprendizaje. Las evidencias demuestran que la educación a distancia es una solución débil para la interacción en las aulas, y que las y los estudiantes de las zonas más desfavorecidas no pueden regresar a la escuela. En otras palabras, el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 para lograr una educación de calidad se está haciendo más lento y se está estancando.

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