La UNAJ lanza una Diplomatura en cannabis

El Ministerio de Salud, el Conicet, la casa de altos estudios y el Hospital El Cruce dictarán una materia sobre los usos medicinales del cánamo. Comenzará este jueves, con 800 inscriptos

La diplomatura capacitará a usuarios, a cultivadores, a productores y a la comunidad en general

El Ministerio de Salud, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) y Hospital El Cruce-Néstor Kirchner, firmaron el martes un convenio para impulsar la Diplomatura en cannabis y sus usos medicinales, informó la cartera sanitaria.

La capacitación, que comenzará este jueves de manera virtual y tendrá una duración de 6 meses, ya cuenta con más de 800 inscriptos y está destinada a usuarios, cultivadores, productores, docentes e investigadores. A su vez, abordará los avances en distintas temáticas vinculadas al cannabis, según se indicó a través de un comunicado.

El objetivo «es establecer vínculos de cooperación para diseñar capacitaciones en investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de Cannabis y sus derivados en el marco de la Ley Nº 27.350 (sobre investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados) y su Decreto Reglamentario Nº 883/2020».

La diplomatura fue diseñada en conjunto entre el Programa de Investigación en Cannabis Medicinal, dependiente de la dirección nacional de Medicamentos y Tecnología Sanitaria del Ministerio de Salud; la Red de Cannabis y sus usos medicinales del Conicet y la UNAJ.

Tendrá el objetivo de «capacitar a usuarios, cultivadores, productores, docentes, investigadores y la comunidad toda sobre los avances en distintas temáticas vinculadas al cannabis: propiedades botánicas de la planta, investigación básica y clínica, propiedades terapéuticas, aspectos sociales, legislación vigente y nuevas propuestas».

«La reglamentación de la ley 27.350 tenía este objetivo y ver que se está avanzando en generar evidencia científica, conocimiento, intercambio de información y fortalecer las redes es fundamental», indicó la ministra de Salud, Carla Vizzotti.

«Me da orgullo que entre tantas áreas se haya podido lograr esto y que el Estado esté presente articulando con otros sectores para garantizar derechos», añadió la funcionaria.

Por su parte, el secretario de Calidad en Salud, Arnaldo Medina, destacó que la diplomatura «abre la puerta a profundizar el conocimiento en un tema en el que hay un vacío importante y contribuye desde la formación de recursos humanos para la reglamentación de la ley».

En ese sentido, la presidenta del Conicet, Ana Franchi, puso en valor el trabajo realizado por muchas ONGs para obtener la ley y aseguró que «la diplomatura es un paso inicial para empezar a formar, nutriéndose de gente que tiene experiencia empírica y de gente que viene de la ciencia».

Los coordinadores del curso que comienza el jueves son Silvia Kochen, integrante de la Red de Cannabis y sus usos medicinales del Conicet y Marcelo Morante, responsable del Programa de Investigación en Cannabis Medicinal.
Además, cuenta con profesores de diferentes campos de las ciencias y de la sociedad civil, con vasta experiencia en el uso del cannabis con fines medicinales y/o terapéuticos que le aportan una perspectiva interdisciplinaria.

Respuesta positiva para pacientes con epilepsia refractaria

Las respuestas positivas del cannabis medicinal (CBD) en los pacientes con epilepsia refractaria superaron el 80 % de los casos estudiados y una reducción del número de crisis del 60 %, lo que indica que su uso «contribuye también a mejorar aspectos cognitivos, conductuales y motores», indicó el Hospital Garrahan en el marco de la Semana de la Epilepsia.

El centro pediátrico destacó que el uso de cannabis medicinal «tuvo un alto impacto» y que los estudios «confirmaron al CBD como «una herramienta terapéutica sumamente valiosa como adyuvante al tratamiento en niños y niñas con encefalopatías epilépticas refractarias».

Los resultados indican que su uso «contribuye también a mejorar aspectos cognitivos, conductuales y motores, repercutiendo en una mejora en la calidad de vida, tanto de las y los pacientes como de sus familias», destacó el Garrahan.

La epilepsia afecta a 1 de cada 100 niñas y niños, y si bien el 80 % de las epilepsias pueden ser controladas con fármacos, el 20 % requiere diagnóstico, tratamiento y controles más específicos.

Se trata de un trastorno neurológico severo que se produce por una actividad eléctrica excesiva de un grupo de neuronas hiperexcitables del sistema nervioso central. Se manifiesta en crisis espontáneas recurrentes con consecuencias médicas, psicológicas y sociales.

El diagnóstico de la enfermedad es clínico en la mayoría de los casos, basado en una entrevista y un examen físico. Los signos de alerta pueden ser confusión temporal, episodios de ausencias, movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas o pérdidas de conocimiento o conciencia.

Alrededor del 80 % de las personas con epilepsia pueden ser tratadas con fármacos anticonvulsivos básicos y un 10 % con dieta específica o cirugía. Aproximadamente el 20 % de las y los pacientes son resistentes a las diferentes opciones terapéuticas.

Gabriela Reyes, miembro del servicio de Neurología del Garrahan, explicó que muchas y muchos pacientes con epilepsia no están en tratamiento o reciben terapias inapropiadas: «una de las razones es la falta de atención adecuada y de seguimiento».

Por esta razón, desde la ILAE -Liga Internacional contra la Epilepsia en sus siglas en inglés- se promueve la Semana de la Epilepsia como una oportunidad para informar sobre esta afección y además quitar estigmas sobre quienes la padecen.

Avances en el uso del CBD en distintas áreas
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