El tono no fue de discordia. Incluso, varios de los presentes repitieron que se trató de una reunión muy cordial. Sin embargo, los supermercadistas que estuvieron ayer en el Ministerio de Producción -los principales del país- se sintieron lejos del diagnóstico sobre la economía que pregona el oficialismo, incluso puertas adentro.
«Con estas tasas de interés nos van a fundir», se quejó uno de los participantes del sector privado, que además reclamó -como todos los presentes lo hicieron frente al ministro de Producción, Francisco Cabrera- por la caída del consumo interno, las subas del impuesto a los ingresos brutos (que en varias provincias llegó al último eslabón de la cadena de valor, la comercialización) y la informalidad en el sector.
«¿A alguno de acá le está yendo bien?», dicen que preguntó un empresario del supermercadismo frente a Cabrera. Ninguno levantó la mano. Allí estaban presentes Alfredo Coto (Coto), Matías Videla (Cencosud), Rami Baitieh (Carrefour), Alejandro Grande (Día), Jean-Christophe Tijeras (Libertad), Federico Braun (La Anónima), Hernán Carboni (Walmart) y Juan Vasco Martínez (ASU). Carrefour ingresó hace pocas semanas en un proceso preventivo de crisis.
Con Cabrera estaban el subsecretario de Comercio Interior, Ignacio Werner, y Fernando Blanco Muiño, titular de la Dirección de Defensa del Consumidor. En la Secretaría de Comercio indicaron que en los próximos días se realizará otra reunión con la CAS (Cámara Argentina de Supermercados) y la FASA (Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios).
Los temas que reclamaron ayer los empresarios no son ajenos al Gobierno. Ayer un funcionario de Producción recordaba que ya están sobre la mesa de productividad del comercio, que se lanzó meses atrás sin muchos resultados aún.
«Si no bajan las tasas y se animan a tener más inflación pero un poco más de actividad, o si no lanzan créditos al consumo, esto se va a complicar», afirmó un empresario sobre un tema que no estaba en la mesa y que es consecuencia de la última turbulencia cambiaria que golpeó al país: una tasa de interés del 40%, que, afirman, alienta la especulación, enfría la economía y congela el financiamiento en un ya estancado consumo masivo. Se trata de una crítica con la que coincide la industria, muchas veces enfrentada a las cadenas por los precios finales.
«Se trató el tema de Ingresos Brutos y de la formalidad, y también los Precios Cuidados», dijo escueto Vasco Martínez. En la reunión resonaron además algunos números que el sector privado puso sobre la mesa. «De 243 supermercados barriales relevados, un 73% están en negro, según datos del Ministerio de Trabajo», contó un empresario, que sumó otro dato (esta vez de la AFIP): «De 1000 carnicerías encuestadas, solo encontraron 20 en regla». Los supermercadistas también se quejaron de que, pese a que la cantidad de trabajadores empleados cayó en el sector y de que hay varios establecimientos menos, su costo laboral creció en los últimos años.
Más allá de los problemas que dicen tener las grandes cadenas del sector, se mostraron ayer dispuestas a colaborar con la ampliación de Precios Cuidados -un popular programa nacido durante el kirchnerismo-. Según anunció ayer Comercio, se sumarán más productos. La nueva lista se presentará el lunes tras las reuniones que los funcionarios mantienen con algunos de los industriales. «Queremos demostrarle a la gente que van a tener una canasta ampliada de productos a precios razonables», contó ayer un hombre de Producción. A pesar del apoyo empresario, algunos eran muy escépticos. «No sirve para nada. Es para calmar a algunos aliados de Cambiemos que creen en los controles».
