El presidente Alberto Fernández inició su discurso ante la Asamblea Legislativa haciendo referencia a la situación encontrada tras la gestión anterior: «hemos encontrado una situación extremadamente delicada. Recibimos un país dañado y con su alma herida por divisiones profundas. Quiero recuperar el valor de la palabra. No busco revancha. Necesito que todos asumamos la verdad que nos toca. El punto de partido de esta construcción social no puede ser otro que el reconocimiento del punto exacto en el que estamos…».
«Debemos enfrentar una deuda pública récord. Solamente en 2020, los vencimientos de capital representan 48 mil millones de dólares. Debemos adicionarle 14 mil en concepto de intereses de esa deuda”, indicó al analizar el tema de la deuda en el primer tramo del mensaje.
También manifestó que «no estoy aquí tan solo enlazando palabras de ocasión. Con este discurso, vengo a darle a mi palabra el valor del compromiso. Vengo a contarles en qué lugar estamos parados, cuáles son los riesgos que nos acechan y cuáles son las fortalezas a las que podemos acudir para avanzar».
A continuación, el mandatario hizo un repaso por la «herencia» que recibió de la gestión de Juntos por el Cambio y repasó desde el brote de sarampión, la política económica «centrada en la especulación» y un «Estado debilitado donde casi desaparecieron los mecanismos de regulación».
Después, hizo un raconto de las medidas que tomó durante los primeros 100 días de gestión: los aumentos para los trabajadores públicos y privados, la doble indemnización contra los despidos, el relanzamiento de Precios Cuidados, la renovación de Ahora 12, y el congelamiento de tarifas.
«El plan Argentina Contra el Hambre es una herramienta para movilizar la economía de abajo hacia arriba», sostuvo luego de sostener que el problema que más le preocupa al Gobierno es el hambre. Además, advirtió que aquellos que especulan con los precios «no tienen lugar en esta Argentina».