Poco premio para el Naranja: 1-1

El Naranja fue más que Sportivo Italiano y el empate final 1-1 terminó castigando la escasa cuota de fútbol que se vio en el Norman Lee en la 1ª fecha del Reducido. Vico a los 7, puso arriba a la visita, mientras que ya en tiempo adicionado, Tapparello selló la igualdad para el local.

Empate agónico pero más que merecido fue el que logró el conjunto dirigido por Marcelo Barrera ante un Sportivo Italiano que, favorecido por el tempranero gol conseguido de cabeza por Lucas Vico tras un tiro libre ejecutado por Pulido a la salida del círculo central, en una jugada ensayada, se dedicó a especular con los nervios del rival, retrasándose en la cancha para tratar de lastimar y liquidarlo de contra.

Si bien Bera sintió el impacto, no lograba encontrar la manera de adueñarse
de la pelota porque, a pesar de la buena tarea de Nahuel Gómez y de las endiabladas gambetas de Rosetti, que fue la gran figura de la cancha y el receptor de todo tipo de infracciones -algunas verdaderamente descalificadoras- el equipo no aparecía.

Tres minutos más tarde, en la primera de las tantas jugadas polémicas, el ex arquero Naranja, Granero, despejaba un remate de Chávez claramente desde adentro de su arco, pero el árbitro, que estaba mal parado, lo anuló debido a que el línea tampoco lo había convalidado.

Ese polémico gol no cobrado sirvió para que Bera recargara bronca y recuperase protagonismo y fuera más que nunca con todo en busca de la merecida igualdad. Así, a los 20, un remate de Cristofanelli -otro de los de buen rendimiento-, desde afuera del área obligó a Granero a dar rebote e increíblemente Gómez casi sobre la raya la mandó por arriba del travesaño.

En el complemento, la tesitura fue la misma porque más que nunca Italiano se abroqueló en el fondo dispuesto a defender con uñas y dientes el gol de ventaja, mientras que Bera era más intentos individuales que juego colectivo.

Pero dos penales no cobrados por el árbitro y un par de situaciones increíblemente desaprovechadas por sus delanteros parecían dar por tierra con todo intento de empate para el Naranja, que ni siquiera lograba sacar ventaja del hombre de más que tuvo desde los 66 tras el desleal y repudiable patadón que le pegó Icazatti a Rosetti y que le valió la merecida tarjeta roja.

El ingreso de Gustavo Pastor le dio aire fresco y más peligrosidad al ataque y, cuando el partido ya estaba en el cuarto de los siete minutos que adicionó el árbitro (aunque solo se jugaron 6), un centro de emboquillada de Cristofanelli al corazón del área grande le permitió a Tapparello anticiparse a la salida de Granero para mandarla al fondo del arco y poner la mínima cuota de justicia que merecía el partido.

Si bien el agónico empate fue festejado por los jugadores del Naranja, teniendo en cuenta lo que ambos propusieron a lo largo de unos flojos 90 minutos, quedó la sensación de que Bera no tendría que haber sufrido tanto para tan poco premio.

deportes@elsolnoticias.com.ar

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