Que empiece la reconstrucción

Abrazo en Anselmo y Rio
En el triunfo ante Ferro aparecieron aspectos positivos para la reconstrucción del equipo

Solo desde las victorias se construye. Más en el exigente Mundo Quilmes, donde se extreman los resultados: las derrotas son muy derrotas y los triunfos, muy triunfos. Exageraciones propias de equipos grandes, en este caso en una categoría que para el hincha de Quilmes históricamente parece sobrada.

Por lo tanto, el triunfo conseguido ante Ferro por 1-0, lejos de ponerlo en un extremo hay que dimensionarlo como un hecho muy importante para el momento por el cual atraviesa Quilmes. Un presente en donde había más confusión que claridad y  todo estaba por analizarse. De hecho la crítica al juego de los últimos partidos ahora pierde con los siete puntos conseguidos de los últimos nueve en juego.

El entrenador Mario Sciacqua que parecía un arqueólogo buscando fósiles en el desierto, raspó la arena y en la victoria del último sábado, algo pudo haber encontrado para la reconstrucción de su equipo.

Quilmes le ganó con merecimientos a un rival que llegó al Centenario precedido de nueve partidos sin derrotas y que le había descontado nada menos que 11 puntos en los últimos 10 partidos.

Lo logró con argumentos sólidos: desde una defensa férrea que esta vez contó con la presencia de Renzo Giampaoli, que jugó su mejor partido con la blanquita complementándose muy bien con “el capitán sin cinta” Gabriel Díaz y respaldados por la seguridad de Milton Álvarez que Ferro en escasas ocasiones la puso a prueba.

Hubo dos datos claves en la mitad de cancha que mejoraron el rendimiento del equipo. La aparición de Iván Ramírez, uno de los recién llegados en el mercado de pases, liberó de varias tareas a Martín Río pero sobre todo fue el equilibrio que necesitaba ese sector del campo de juego.

El otro dato fue la posición de Iván Colmán, más cerca del “fuego”. Las características de los mediocampistas centrales le permitieron jugar a poca distancia del área y tuvo mucho más contacto con la pelota que antes le viajaba a 15 metros de su cabeza.

Además, siempre es bueno saber que el goleador sigue de racha. El oportunismo de Federico Anselmo que convirtió su octavo gol en la temporada, le dio al Cervecero un triunfo necesario sobre el final del partido.

Ante tanta incertidumbre haber encontrado aspectos positivos y devolverle en algo la confianza que la gente parecía haberla perdido, como lo reflejó el comportamiento externo que fue más pasivo que en otro partidos, son hechos relevantes. Ahora que empiece la reconstrucción.

SEBASTIÁN KERLE

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