El 24 de febrero de 1827, hace exactamente 198 años, la costa de Quilmes fue escenario de un enfrentamiento decisivo en la historia naval argentina. En el contexto de la Guerra del Brasil (1825-1828), la flota patriota, liderada por el almirante Guillermo Brown, logró una victoria estratégica frente a las fuerzas imperiales brasileñas en la conocida Punta de Quilmes.
El conflicto surgió tras la independencia de la Provincia Oriental (actual Uruguay) y su adhesión a las Provincias Unidas del Río de la Plata, hecho que desencadenó la reacción del Imperio de Brasil, decidido a reincorporar el territorio bajo su dominio. La guerra se extendió por tres años e incluyó combates clave como los de Punta Colares, Colonia del Sacramento, Los Pozos, Juncal y, finalmente, el de Quilmes.
La flota argentina, compuesta por corbetas, bergantines, goletas y lanchas cañoneras, enfrentaba naves imperiales de mayor tamaño y potencia. Sin embargo, Brown, conocedor de las características del río y las limitaciones de los barcos brasileños en aguas poco profundas, aprovechó la geografía costera de Quilmes para ejecutar su maniobra.
La fragata imperial «Imperatriz», enviada para interceptar a los patriotas, encalló al intentar acercarse a la costa. Aunque logró liberarse tras un arduo esfuerzo, debió retirarse, lo que dejó vulnerable a la goleta «Dous de Dezembro», atacada por las cañoneras argentinas cerca del actual Club Náutico de Quilmes.
La victoria fortaleció la moral de las tropas patriotas y debilitó al Imperio brasileño, contribuyendo al camino hacia la paz y la independencia definitiva de la Banda Oriental.
Hoy, a 198 años de aquel histórico combate, Quilmes recuerda este episodio que no solo consolidó la figura de Guillermo Brown como estratega naval, sino que también dejó una huella profunda en la construcción de la identidad nacional.