Se investiga la causa de la explosión en Líbano

Una multitud enardecida ventiló en Beirut su indignación contra los políticos del Líbano, acusándolos por la calamitosa explosión que devastó parte de la ciudad y arremolinándose al grito de «revolución» en torno al visitante presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pidió reformas al Gobierno porque si no el país «se seguirá hundiendo».

La cifra de víctimas por el estallido de hace dos días, al parecer causado por un incendio accidental que alcanzó un depósito con 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la capital, subió al menos a 157 fallecidos y más de 5.000 heridos, informaron autoridades, que esperaban más muertos a medida que avancen las tareas de rescate bajo los escombros.

El Gobierno del primer ministro Hassan Diab dio cuatro días a la comisión que investiga la detonación para determinar responsabilidades, dijo el canciller libanés, Charbel Wehbe, a la emisora Radio France.

Para muchos libaneses, el estallido fue la gota que rebalsó el vaso tras años de corrupción y desmanejo por parte del grupo relativamente restringido de líderes que han determinado la mayor parte de la política nacional desde hace décadas, en un país parlamentario donde los cargos más elevados están reservados a representantes de comunidades religiosas.

Además de coincidir con la mayor crisis económica del país en décadas, la explosión amenza con agravar el brote nacional de coronavirus, ya que miles de personas tuvieron que ser internadas y cientos de miles más tuvieron que irse a las casas de pacientes o amigos porque las suyas quedaron destruidas, lo que multiplica el riesgo de explosión al nuevo virus.

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