Testigos complican al acusado

Los relatos que se vienen dando en el proceso complican la situación procesal de Luis Ramírez, imputado por quitarle la vida a mazazos a su madrastra y a su padre para luego enterrarlos en el fondo de la vivienda. Crudos testimonios en la víspera

«Maté a mis viejos, maté a mis viejos. Se lo merecían», fueron las frases que reprodujo una amiga de Luis Ramírez, el vecino de Florencio Varela, acusado de matar a mazazos a su madrastra y su padre para luego enterrarlos en el fondo de la vivienda. Los relatos de la víspera complicaron aún más la situación procesal del imputado, ya que una amiga que residía en la casa relató como de un momento a otro el encausado guardó sus pertenencias en una bolsa negra y la invitó a la joven a abandonar la trágica casa.
Ante dicha situación la menor la preguntó preocupada cual era el motivo de haberse ido, a lo que Ramírez, frenó la marcha de un auto rojo que se había comprado con dinero que era de su madrastra y le dijo: «maté a mis viejos, maté a mis viejos, se lo merecían».
Fue en esos momentos cuando la mujer se quedó perpleja, sin reacción: «fue como si el aire se hubiese cortado».
Luego de tamaña confesión el imputado dejó a su amiga en la casa en que la mujer residía con una concubina.
El testimonio de la mujer fue uno de los más contundentes que se han dado hasta ahora en el juicio. Asimismo otro amigo del procesado recordó que le había indicado que «me mandé una macana, pero no te voy a decir nada más que eso», fueron las expresiones que recordó el joven que le había dicho Ramírez.
Por su parte, el fiscal Sebastián Videla, preguntó a los testigos de la víspera si el imputado contaba con un trabajo fijo a lo que todos coincidieron en que «hacía changas»; en consecuencia quedó expuesto que no se condecía las compras que había realizado el joven varelense con los ingresos que percibía, tomando fuerza la versión de que habría matado a sus padres para quedarse con los ahorros y la vivienda.
Nauseabundo

Uno de los puntos que permitió que se conociera el caso de acuerdo a lo que está trascendiendo en las audiencias de juicio es el olor nauseabundo que percibían los vecinos a Ramírez, proveniente de la descomposición de los cuerpos de Norma Vergés y Apolinario Ramírez, ambos enterrados en el fondo de la vivienda tras ser enterrados por el imputado.
«Todos los ambientes de la casa estaba con olor a aromatizante, se preocupaba porque no faltara ese aerosol», coincidieron algunos de los comparecientes a preguntas del Tribunal Oral 2 como del fiscal Videla y la defensora oficial, Mariana Yeregui.
La defensa aguarda con expectativa los informes psicológicos y psiquiátricos que se le están realizando al varelense que permitirán llegar a la convicción sobre si Ramírez es o no consciente de los actos que ha llevado adelante.
En el transcurso de las jornadas que se vienen desarrollando ha quedado expuesto además que Ramírez tenía una relación de conflictos tanto con su madrastra como con el padre; uno de los testigos refirió a que tenía encono hacia su progenitor ya que cuando era pequeño el fallecido ejercía violencia física tanto contra su madre biológica como contra él.
Los jueces Félix Roumieu, Pablo Pereyra y Julia Márquez pasaron a un cuarto intermedio hasta la semana próxima cuando siga adelante el proceso, en el que además de los comparendos de los testigos convocados se aguardan los resultados de los informes de los profesionales médicos.

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