Todo parecía estar encaminado pero todo empeoró en la segunda mitad de 2018.
No fue el año de Argentino de Quilmes, que perdió la Final del Reducido por penales- ante Justo José de Urquiza-, sufrió un robo en la utilería y culminó el año con la expulsión de Daniel Zisuela como socio.
El Criollo comenzó el año ilusionado: los directivos amaron un equipo competitivo para lograr el ascenso a la B Metropolitana. Llegaron jugadores de renombre para una Primera C que no acostumbra acobijar a experimentados jugadores con pasado en Primera División. Argentino rompió el mercado con la llegada de Sergio Escudero (ex Independiente y Quilmes), Mariano Martínez (ex Huracán), Matías Villavicencio (ex Independiente y Olimpo) y Gustavo Escobar (ex River Plate y Argentinos Juniors). La dupla técnica formada por Gastón Vanadía y Silvio Maidana no estuvo a la altura y la dirigencia los reemplazó por un entrenador experimentado para que direccione al Albiceleste. La llegada de Pedro Monzón le devolvió vida al Mate que encontró solidez y se convirtió en uno de los animadores del Torneo 2018/2019.
Moncho achicó el plantel, despidió a los experimentados –Martínez, Escudero- y armó un equipo en base a corazón y entusiasmo. Monzón supo cómo levantar el ánimo de un plantel que solo acumulaba caídas. Argentino creció de menor a mayor, culminó en el tercer lugar en la tabla general y peleó en el Reducido hasta el final por el segundo ascenso. El Mate de Monzón conocía su objetivo: ganar el Reducido. El Octogonal era la obsesión de un equipo que creció con los goles de Gabriel Tellas, con la entrega de Braian Chávez, con la seguridad de Adrián Leguizamón.
El Criollo eliminó a Deportivo Merlo con un Brian Chapa Duarte enchufado, después dejó afuera a Luján en Semifinales en un parejo duelo que se definió por penales. La Final la perdió por penales contra Jota Jota tras haber igualado en la serie (2-2). Tan cerca y tan lejos. El nerviosismo y la imprecisión hicieron que el Celeste lograra el anhelado ascenso a la tercera categoría. La angustia debilitó a Argentino que perdió fuerzas para seguir adelante. El primer golpe fue futbolístico pero no fue el más doloroso del año.
Argentino se resbaló pero no olvidó su objetivo: llegar a la cima para encontrar abrazar la gloria deportiva. La dirigencia le renovó el contrato al entrenador Monzón pero el segundo semestre del año se tiñó de reclamos, un escándolo e internas entre los miembros de la Comisión Directiva. Los jugadores del Mate realizaron un paro debido a la deuda salarial que mantuvo la dirigencia. A partir de ahí, comenzó la debacle desde lo organizacional.
El Albiceleste sufrió un robo en su utilería, después se conoció el escándolo con el expresidente Ernesto Daniel Zisuela, acusado de liderar una red de prostitución de menores de edad.
El último mes del año empujó al Mate hacia el vacío: le robaron botines, camisetas y elementos de trabajos de la utilería y se conocieron los audios comprometedores de Zisuela. Ahí se produjo la caída. Todo Argentino de Quilmes sintió el golpe.
Un año catastrófico para el Criollo que solo encuentra respiro en lo futbolístico. El 2018 dejó varias heridas.
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Fernando Martini
