Un viejo lobo entre las tablas

La Casa de Arte Doña Rosa tuvo una charla íntima con Carlos Romero, director de Chúmbale, obra que se presentará el sábado a las 21 y el domingo a las 20

Carlos Romero, un hombre apasionado por el teatro desde siempre,  acaba de cumplir 55 años ininterrumpidos con el arte escénico, y eso… no es poca cosa. Sabía que estaba en Doña Rosa, fui y lo invité a tomar un café en la esquina.
-Doña Rosa: vamos a la esquina Negro… un café y después seguís laburando.
-Romero: me siento más cómodo charlando aquí, sobre el escenario (dejó el martillo con el que estaba armando la escenografía y arrancó).
-Doña Rosa: una vez me contaste que de pibe vino un circo cerca de tu casa, tu viejo te llevó, te enloqueciste y ese día supiste lo que querías para siempre.
-Romero: Sí… ¿te lo conté? … es verdad… me enamoré de toda esa fantasía, salí de ese pobre circo con lonas remendadas como poseído… le dije a mi viejo que yo quería actuar… no sé si me escuchó, pero pocos años después se arma cerca de mi casa un grupo teatral llamado Corazones de un barrio, fíjate que nombre…  allá lejos y hace tiempo, en el barrio Lourdes, cerca de Calchaquí. Tenía 15 años y Néstor Magnano (director de aquel grupo) nos hizo debutar con Médico a Palos, de Molière, pienso en eso y me emociona recordar a tanta gente querida que ya no está.
-Doña Rosa: sí, el arte en general te vincula con un montón de personajes que por ahí desaparecen y te los volves a encontrar 25, 30 años después y es como que el tiempo no pasó…
-Romero: es así. Luego vendrían los años de Luz y Sombra, eso allá por los 60 era como jugar en Primera, siempre bajo la batuta de Norberto Martín, maestro de tantos. Me surgen los nombres de Cacho Di Notto, Leopoldo Russo, María Teresa Fedelli, Carlos Calzeta, Alfredo Favale y muchos más, con ellos compartí con ellos la aventura teatral de nuestra ciudad, ya sea como actor, realizador escenográfico, asistente o lo que fuese necesario…
En los 80 Romero forma el elenco independiente Tiempo y Espacio, con base en Florencio Varela, allí participó de muchos torneos y giras barriales llevando el teatro a rincones donde nunca antes a nadie se le había ocurrido. En 2005 desembarca en Doña Rosa participando como actor en Picnic, un Río con Historia por varias temporadas. Más tarde vendrían sus exitosas puestas de El Viejo Criado y Yepeto, de Tito Cossa; el Reñidero, de Sergio De Cecco, además de comedias de su autoría y mil participaciones como actor, director y escenógrafo. Hoy a punto de estrenar Chúmbale, de Oscar Viale, nos cuenta que elige esta pieza por su enamoramiento allá en los 70 cuando la hicieron Luis Brandoni y Marta Bianchi, entre otros).
-Doña Rosa: ¿Por qué Chúmbale?
-Romero: es una obra icónica del teatro argentino, me acuerdo que fue tanto el éxito en aquellos años, que quise logré conocer al autor: el gran Oscar Viale, un genio inolvidable. De aquella época le tenía ganas a Chúmbale y recién hoy pude armar el elenco que creo puede hacerla como yo quiero, además estamos en el espacio ideal, Casa de Arte Doña Rosa: mi casa.
-Doña Rosa: como justificas tantos años entre libretos, telones y decorados… ¿alguna razón explicable…?
-Romero: amor y pasión por el arte popular, simplemente eso. (Lo esperaban una tabla y un serrucho. Yo me fui a tomar el café solo).

Carlos Romero, director de la obra teatral Chúmbale
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