Una autopista marcada por la inseguridad

Transitar por la autopista Buenos Aires-La Plata se ha convertido paulatinamente en una suerte de aventura donde los usuarios no saben a ciencia cierta si volverán heridos, despojados de sus pertenencias o caminando, según la gravedad de lo que le toque enfrentar. Robos, ataques, vandalismo, inseguridad y temor se han vuelto moneda corriente ante la nula presencia de Vialidad provincial, de la Policía y de la seguridad de la autovía.

Este medio informó en varias ocasiones a lo largo de los años sobre los ataques a piedrazos por parte de los delincuentes a colectivos y automovilistas, con el objetivo de hacer un daño o para aprovechar la detención de los rodados y así cometer un delito.

Otro mal trago se llevan quienes tienen a su cargo la explotación de las pantallas publicitarias, quienes deben reponer con frecuencia las lonas que se roban los amigos de lo ajeno para ser usadas en las casas precarias de la zona, con el fin de romper por diversión y otras veces porque sí. Eso a las claras ocasiona un perjuicio económico, amén del temor de los operarios que deben reponer las lonas especiales y deben trabajar con miedo a los robos y a quienes acechan con total impunidad.

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