Una despedida por partida doble

En el emblemático The Roxy Live, Lörihen despidió el año con un concierto de alto nivel, pero además (y lo más resonante) fue la última vez de Julián Barrett en las guitarras del grupo de hard rock/power metal

En el escenario de The Roxy Live de Palermo, Lörihen se presentó cerrando el año y despidiendo a uno de sus integrantes más emblemáticos: Julián Barrett. Fueron 17 años de trayectoria ininterrumpida para uno de los guitarristas más virtuosos de la escena local (también violero de Asspera y Tarja), quien de ahora en más le dedicará más tiempo a sus proyectos personales.

Obviamente que toda despedida tiene su dejo de tristeza, pero en este caso la banda se encargó de que sea una fiesta a puro rock. Luego de las presentaciones de las agrupaciones invitadas Argan y Sinónimo, el show de Lörihen comenzó con “Bajo la cruz”, para luego dar paso a “Presa fácil” y “Extraños signos”. Pero además el recital contó con joyas como “Realidad virtual”, “El último eclipse”, “Antihéroes” y un imperdible pequeño medley conformado por “Enter Sandman”, “Symphony of Destruction” y “Highway to Hell” (Metallica, Megadeth y AC/DC).

Con entradas agotadas, con Andrés Blanco como invitado en teclados para canciones como “Cuando tus brazos caen”, “El secreto más perverso” y “Solo tus ojos” (estas dos últimas en formato acústico), y Javier Barrozo (primer cantante de la banda) acompañando al vocalista actual Lucas Gerardo en “Guerra Santa” (cumpliendo así Julián con una promesa hecha por él hace un par de shows atrás), Barrett le puso fin a una etapa de la banda, a un show inolvidable y a un gran 2017.

Ezequiel Catalano será su reemplazante. Durante el concierto tocó en “Aún sigo latiendo”, “Muro del silencio” y “Cenizas del dolor”, una canción que formará parte del próximo trabajo del grupo. En palabras del guitarrista y fundador Emiliano Obregón, la de Julián Barrett se sabe que es una salida en buenas condiciones, y que más que un adiós es un hasta luego, porque pronto seguramente compartirán algún escenario.

 

 

 

Colaboración Gonzalo Sutil

 

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