Una muerte impune

Pablo Torrilla Diel, de 27 años, era un joven oriundo de esta ciudad. Su sueño fue ser gendarme y así lo cumplió, pero su vida se truncó en un caso aún no cerrado

El subalferez Torrilla Diel prestaba servicios en el Escuadrón Núcleo (Ex Escuadrón 50) de Posadas cuando el día 28 de mayo del 2018 fue hallado muerto alrededor de las 11.30, en un lote ubicado cerca de la colectora Julio Alberto Ifrán sobre un malezal, tendido en el suelo y a corta distancia su pistola 9mm. Al acercarse descubrieron que tenía una herida pequeña debajo del mentón y otra de mayor tamaño en la zona superior de la cabeza, los agujeros de entrada y salida del disparo.
El jefe del Escuadrón Núcleo, comandante principal Isaac Gaete, contó que a las 7, el fallecido estando a cargo del móvil oficial marca Ford Ranger, identificación 3808 con dominio NWS-641 conducido por el sargento Eliser Esteche. (36) acompañado por el sargento José Omar Bruner. (41), el cabo primero Fabián Darío Otigoza. (33) y el cabo primero Martín Hernán Sequeira. (32) salieron a efectuar patrullajes de prevención diaria. Comentó que por dichos de sus subalternos se enteró que en el lugar del hecho, a solicitud del subalferez, se detuvieron para un descanso ,en un momento dado, añadió, subieron caminando por una entrada de concreto del lote y el oficial se alejó del grupo ingresado a las malezas manifestando ir a orinar. De acuerdo con las afirmaciones de sus compañeros, se dirigió en solitario hacia un malezal y minutos después se escuchó una detonación que venía de la dirección en la que se habría ido el subalférez. Los uniformados primero llamaron a sus superiores y luego a la comisaría Quinta, poco después, personal de la División Policía Científica de la Unidad Regional X realizó tareas técnicas en el lugar del hecho.
El médico policial de turno pidió la realización de una autopsia y la Justicia dispuso el secuestro de la pistola del fallecido y los de su compañeros de patrulla, hasta el día de la fecha nadie sabe nada. Sus familiares y amigos reclaman que se haga justicia.
«Pablo era un chico que amaba la vida, que hacía pocos meses se había casado con Valeria Brandán una integrante de la misma fuerza federal. Estuvo en muchos operativos incautando toneladas de drogas, fue reconocido por la Ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y siempre veló por la seguridad de nuestro país y hoy solo queremos devolverle un poco de lo que tanto nos dio, queremos la verdad para que Pablo pueda descansar en paz», destacaron sus familiares.

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