Victoria que sirve mucho en lo anímico

El Mate volvió a ganar después de cinco partidos: venció por 1-0 a San Martín de Burzaco como visitante. El gol fue obra de Franco Cristofanelli, que marcó con un espectacular tiro libre

Argentino de Quilmes ayer venció por 1-0 a San Martín de Burzaco por la décima segunda fecha del Torneo 2018/2019 de la Primera C. El gol lo marcó Franco Cristofanelli, de tiro libre.
El Mate volvió a la victoria después de cinco partidos y recuperó la sonrisa. El equipo de Pedro Monzón abrió el marcador y defendió el resultado con los dientes apretados.
El equipo de la Barranca fue más que Sanma en la primera etapa.
La visita se apoyó en la destreza técnica de Brian Duarte, que cuidó la pelota. Prevaleciente en sus intentos, el Mate creció bajo los pies del Chapa.
A su vez, Braian Chávez estuvo movedizo y complicó a la defensa del Azul.
La apertura del marcador llegó con quirúrgico tiro libre de Cristofanelli: tomó la pelota, hizo el cálculo, apuntó al palo derecho de Federico Scurnik y mandó la pelota adentro del arco. Fue el 1-0. Fue un golazo.Es cierto que el arquero estaba adelantado, pero el disparo fue convincente.
Poco después de eso, Duarte tocó la pelota con la mano y el juez Juan Pablo Loustau cobró penal. Sergio Valenti metió un potente derechazo y su tiro fue tapado por el arquero Adrián Leguizamón.
El Mate se hizo con sacrificio: Nicolás Herrera mostró solidez en la última línea y Santiago López estuvo correcto como marcador central.
Suficientemente determinante para abrir el marcador y para defender el resultado, a su vez Argentino fue incapaz de manipular el reloj a su favor.
El conjunto de Oscar Milano respondió con un tiro de afuera de Jorge Coria que pasó cerca del palo derecho de Legui.
El Mate dominó el partido a partir de la ventaja, adelantó las líneas y generó situaciones de riesgo para ampliar la diferencia. Aunque falló en el último toque.
Duarte estuvo correctamente secundado por Fabrizio Acosta en la mitad de cancha.
El necesitado Criollo fue más que el deprimido Azul, que no tuvo reacción y se hunde en el fondo de tabla de posiciones.
En el segundo tiempo cambiaron los libretos porque el equipo Monzón prefirió regalar la pelota y defendió cerca de su arco.
San Martín asumió el protagonismo: generó peligro pero chocó con Leguizamón, el arquero se reivindicó y mostró muchísima seguridad.

La necesidad de sumar, la necesidad de hacerse fuerte. El Mate consiguió un triunfo que sirve más en lo anímico que en lo numérico.
Parecía que Argentino de Quilmes tenía dominado el asunto pero no fue sencillo. Creció la figura de Legui a medida que el dueño de casa empujó con múltiples pelotazos.
Legui estuvo imbatible: el 1 del Mate evitó la caída de su arco tras un gran tiro a colocar de Daniel Sosa, en la siguiente jugada le tapó una soberbia volea al ex Mate, Valenti.
Argentino resistió como pudo y se apoyó en la destreza de Leguizamón, que brindó seguridad en cada intervención.
El ingreso de Rodrigo Marothi sirvió para darle oxígeno al Mate cuando más lo necesitaba.
El equipo de la Barranca solidificó su defensa con puro corazón: sin complicaciones, todos los defensores no titubearon a la hora de rebolear la pelota.
El Azul se quedó sin ideas y no supo cómo generar peligro. A pesar de haber poblado el área con delanteros (el local terminó el partido jugando con tres delanteros de área), no pudo inquietar al Albiceleste.
El Criollo regresó al triunfo y busca enderezar su rumbo en el campeonato. El Mate de Monzón quiere prolongar su sonrisa, es que ya se siente bien.

Por Fernando Martini

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