El reelecto intendente de Florencio Varela, Andrés Watson, monitoreó en los últimos días el avance de tareas para restaurar tanto la Secundaria Nº 22 de La Esmeralda como la Primaria Nº 32 de San Eduardo.
Tras verificar el 40% de progreso en el establecimiento de Ortiz Basualdo, entre Díaz y Bengochea, el Mandatario explicó: “La puesta en valor del inmueble fue absoluta e integral para otorgar mayor comodidad, pero también expandir sus dimensiones y responder a la demanda de vacantes».
El Alcalde señaló la importancia de la articulación con el gobierno provincial, encabezado por Axel Kicillof, en “reactivar una obra paralizada entre 2015-2019. Abandonada tras un 30% de evolución. Hubo áreas que demoler y reiniciar de cero”.
Por último, Watson reflexionó sobre “la relevancia de sostener este tipo de acciones desde el Estado, en todos sus niveles, por tratarse de constituir espacios de formación adecuados para las próximas generaciones de ciudadanos y ciudadanas”.
El proyecto fue confeccionado de modo colaborativo entre equipos técnicos municipales, autoridades de la institución y estudiantes según los requerimientos para un óptimo funcionamiento en la modalidad de educación física.
De manera consensuada, la propuesta incluyó la diagramación de un playón multideportivo interno al aire libre, salón de usos múltiples con vestuarios y sanitarios más diez aulas: cuatro en planta baja; las seis restantes, en un primer piso.
La intervención, materializada con recursos provenientes del Fondo Educativo, fue desplegada en 1371m2 para readecuar el edificio existente e incorporar nuevos sectores bajo la premisa de aumentar su capacidad.
Una labor significativa que, por su magnitud, dividieron en etapas.
Determinaron la culminación del período inicial para comenzar el ciclo lectivo del próximo año con los cuatro salones, el SUM, el patio, servicios reglamentarios e iluminación LED.
La responsable de la entidad desde 2012, Romina Alderete, definió a los trabajos como “muy esperados por toda la comunidad durante una década” incluso para “dar respuesta el crecimiento vegetativo, natural, en su matrícula”.
“La modificación edilicia permitió evaluar la posibilidad de incrementar la cantidad de integrantes por grupo de 20 a 30 o 35 alumnos y alumnas para duplicar la cifra actual de concurrentes de 465 a 900”, detalló.
FORTALECIMIENTO
En la escuela ubicada sobre La Argentina y Victorino de la Plaza, el titular en el Ejecutivo local describió “la optimización de las condiciones para acompañar la calidad en el aprendizaje con una infraestructura acorde”.
La máxima autoridad distrital recorrió aulas, sanitarios, pasillos, dependencias, cocina, la dirección, el sector de entrada y salida, los patios externos e internos.
“La modernización estuvo diagramada con un objetivo: tener ámbitos cómodos, equipados, seguros para el alumnado, docentes, directivos, auxiliares”, precisó la primera figura en la Intendencia.
Las labores, solventadas mediante el Fondo Educativo, fueron divididas en dos instancias. La fase primitiva contempló reparación de cubiertas, cielorrasos, y desagües pluviales.
El segundo tramo abarcó la reestructuración de la instalación eléctrica, luces LED, pintura y construcción de veredas perimetrales para conectar con la plaza lindante.
A cargo de la institución, María Solís, afirmó: “Las modificaciones realizadas eran indispensables. Los arreglos provocaron en todos y todas la impresión de estar en un lugar nuevo”.
“Garantizar un buen espacio era un derecho que resultaba imposible alcanzar sin la ayuda del Estado. Un beneficio para cuidar y disfrutar”, aseveró la mujer.