La Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) ha dado un paso significativo en su ambicioso plan de revitalización del Riachuelo al presentar un proyecto para ampliar en 1,5 kilómetros el tramo navegable del río, con el objetivo de fomentar su uso turístico y deportivo. Esta propuesta se produce después de que, a principios de agosto, la Justicia habilitara nuevamente la navegación en el Riachuelo tras doce años de prohibición, permitiendo la circulación de catamaranes en un trayecto que conecta Puerto Madero con el barrio de La Boca.
El nuevo tramo propuesto llevaría la navegabilidad hasta la altura de Dock Sud, una zona que las autoridades de ACUMAR aseguran es ahora segura para la navegación. La extensión permitiría la circulación de barcos de hasta veinte personas, lo que no solo aumentaría la oferta de actividades recreativas en la cuenca, sino que también contribuiría a la revitalización de áreas históricamente afectadas por la contaminación.
«Este proyecto es un hito en nuestra misión de recuperar el Riachuelo y transformarlo en un espacio público accesible y disfrutado por todos», afirmó un vocero de ACUMAR. «La extensión del tramo navegable es un reflejo del progreso que hemos hecho en la limpieza y seguridad del río, y estamos entusiasmados por las oportunidades que esto abrirá tanto para los vecinos como para los turistas.»
El plan de navegación, que ya ha visto sus primeros frutos con los recorridos entre Puerto Madero y La Boca, busca no solo reactivar una conexión histórica entre diferentes puntos de la ciudad, sino también promover un nuevo perfil turístico para la cuenca. Las embarcaciones que ya están operando han sido adaptadas para cumplir con las estrictas normativas ambientales y de seguridad impuestas por las autoridades, garantizando un viaje seguro y ecológicamente responsable.
ACUMAR ha destacado que la zona propuesta para la ampliación ha sido objeto de estudios exhaustivos que confirman su aptitud para la navegación, tras años de trabajos de saneamiento. Los próximos pasos incluyen la realización de audiencias públicas y la obtención de los permisos necesarios para que la obra pueda comenzar. De aprobarse el proyecto, se estima que las nuevas rutas de navegación podrían estar operativas en los próximos meses.
El proyecto de ACUMAR no solo representa un avance en términos de infraestructura turística, sino que también es un símbolo del lento pero constante progreso en la recuperación ambiental del Riachuelo, un desafío que ha sido un tema central en la agenda ambiental de la Ciudad de Buenos Aires durante décadas.