Aldo Severi, denominador común de la ciudad

El Gran Maestro se desempeñó como docente en diversas instituciones. Es Ciudadano Ilustre de Quilmes, siendo este uno de los tantos reconocimientos que recibió

La ciudad de Quilmes fue forjando a lo largo de sus 354 años un vínculo muy estrecho con la cultura. Numerosas instituciones e incontables personajes icónicos de la localidad impulsaron el desarrollo del arte en nuestro distrito y el Maestro Aldo Severi es un gran exponente de ello.

Nacido en La Boca el 26 de junio de 1928, aunque quilmeño de corazón, se radicó en Quilmes desde muy pequeño, en el barrio La Colonia de la zona oeste de la localidad, tras un breve período viviendo en Florencio Varela.

A lo largo de su vida se desempeñó en distintos empleos, desarrollándose como docente, pintor e ilustrador, entre otras profesiones. Sin embargo, no caben dudas de que fue la pintura lo que lo llevó a ser reconocido mundialmente.

Antes de dedicarse al arte, probó suerte con el fútbol, defendiendo las camisetas de las dos instituciones del distrito: Quilmes y Argentino de Quilmes. Era arquero, aunque luego pasó a jugar de centro-foward, como se conocía a los centrodelanteros en la década del 40. Finalmente terminó abandonando la actividad para «cuidad sus manos», según dijo Rodolfo Binelli a Diario El Sol en la edición del 24 de junio de 2005.

Inumerables establecimientos educativos le brindaron la posibilidad a Severi para dedicarse a la docencia a partir de 1951. El colegio Nacional Bartolomé Mitre de la Ciudad de Buenos Aires, el Nacional Mariano Moreno, el Martín Güemes de Bernal, el Nacional y la Escuela Normal de Quilmes son algunas de ellas, a las que se le suman el Nazareth y el Eduardo Holmberg, ambos colegios privados. Aunque también compartió su conocimiento en la Escuela de Bellas Artes Carlos Morel.

Sin dudas, todos querían contar con su presencia. Es así que en 1968 asumió como Jefe de Departamento de Artes Plásticas de la Escuela Carlos Morel; fue Director de Cultura durante la intendencia de José Rivela y también ejerció como titular del Museo de Artes Visuales Víctor Roverano.

Tal reconocimiento recibió a lo largo de su extensa trayectoria, que en 1990, fue nombrado Ciudadano Ilustre de Quilmes.

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