La devaluación del real brasileño, sumada a la intervención del Gobierno de Javier Milei sobre el mercado cambiario, ha generado una aparente estabilidad que comienza a transformarse en un escenario de riesgo. Un artículo publicado este viernes en el Financial Times, compartido en redes sociales por Héctor Torres, exrepresentante argentino ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), advierte que «Argentina es vulnerable a una devaluación repentina«.
Esta posibilidad ha desatado tensiones internas dentro del Gobierno. Por un lado, el presidente Milei apuesta por realizar una «corrección cambiaria mínima» en enero, argumentando que ese mes es ideal porque «nadie está prestando atención a las medidas». En contraposición, el ministro de Economía, Luis Caputo, sostiene que «de acá a tres meses no se puede tocar nada». Caputo se refiere incluso al dólar blend, un instrumento que está permitiendo al sector agropecuario aportar divisas al sistema financiero en un momento clave para la demanda de dólares.
A esta disputa interna se suma la presión del FMI, que, en el marco de un posible nuevo acuerdo con Argentina, insiste en la necesidad de una devaluación para corregir los desequilibrios macroeconómicos. La combinación de estas posturas divergentes y la presión externa dibujan un panorama de incertidumbre sobre el rumbo que tomará el mercado cambiario en los próximos meses.
El contexto también plantea interrogantes sobre los efectos de una posible devaluación en los precios internos y el poder adquisitivo de la población. Con una inflación ya elevada, cualquier movimiento brusco en el tipo de cambio podría agravar aún más la situación social y económica del país.
Mientras tanto, las señales de alerta emitidas por economistas y organismos internacionales refuerzan la percepción de que la estrategia cambiaria del Gobierno enfrenta un difícil equilibrio entre estabilidad y ajuste, en un escenario donde las decisiones a corto plazo podrían tener profundas implicancias para la economía argentina.