Crece la demanda de Supersopa, el icónico producto de la UNQ

La semana pasada se produjeron 156 latas de Supersopa, equivalentes a 7.800 porciones

El programa histórico de la Universidad Nacional de Quilmes, Supersopa, ha vuelto a funcionar, recibiendo numerosos pedidos del emblemático producto. Con la intervención de estudiantes, docentes y graduados, desde 2002 elaboran una sopa concentrada de alta calidad y bajo costo, compuesta por hortalizas, carne, arroz y arvejas, sin conservantes ni aditivos. Los destinatarios de esta comida son comedores comunitarios y escolares de distintas partes del país, así como puntos internacionales, como África y zonas de conflicto.

Anahí Cuellas, directora de la Planta Elaboradora de Alimentos Supersopa, comentó a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ: “El propósito inicial fue ofrecer un producto que mejorara las condiciones alimentarias regionales. Actualmente, nos encontramos con una situación aún peor de inseguridad alimentaria, donde 6 de cada 10 argentinos están bajo la línea de pobreza. En este contexto, la producción de Supersopa responde directamente a las crecientes necesidades nutricionales y representa una expresión concreta de la contribución de la Universidad a la sociedad”.

Tras una pausa de cinco años, debido a la pandemia, el corte del servicio de gas y la renovación de la caldera, la semana pasada se produjeron 156 latas de Supersopa, equivalentes a 7.800 porciones. Esta semana se replicará otro lote con los mismos volúmenes y se elaborarán 200 latas de locro. La planta también produce guiso de arroz y sopa de vegetales, evidenciando el impacto que tienen las instituciones públicas en sus comunidades y territorios.

Cuellas detalló que Supersopa “trabaja con un sistema de madrinazgos y padrinazgos donde particulares y empresas realizan donaciones para comedores, merenderos y/o barrios vulnerabilizados”. Añadió: “También, se acercaron distintos sectores para articular acciones que aseguren que la lata de sopa vuelva a ser emblema de nutrición solidaria en los sectores más necesitados”.

El alimento se almacena en latas de 4 litros, en condiciones de esterilidad comercial, permitiendo su conservación hasta por dos años. Su elaboración incluye hortalizas, carne vacuna, aporte calórico en la forma de materias grasas y una base amilácea como el arroz. Cada lata rinde hasta 50 porciones, alimentando a cincuenta personas, mientras que las de locro y guiso rinden 24 porciones.