Las vacaciones ocupan un lugar preponderante
en la vida y en la imaginación de las personas.
Suelen ser largamente esperadas como un espa-
cio-tiempo de solaz y disfrute de las existencias,
como una tregua que representa el ocaso temporal
de los trabajos alienados, como una época en que
«se tira la chancleta y el uniforme» y se procede al
desborde de los sentidos. Particularmente, en las
utopías de las relaciones amorosas aparecen como
días en donde se dejar volar la fantasía y donde
las parejas de amantes pueden dar rienda suelta a
soñados paraísos sexuales: el festival anual de la
carne para alejarse de la rutina diaria. Aunque, en
ocasiones, las cosas no ocurren tal como se fanta-
sean y son momentos claves para las discusiones
postergadas o incluso para las rupturas.
«El abismo»tiene ese tragicómico punto de parti-
da. Es una de las propuestas más interesantes de
Microteatro Quilmes (que solo se puede ver en
noviembre en Garibaldi 224). Atrapa al público y
lleva a la carcajada y la refl exión. El público disfru-
ta de propuestas cómicas cómo esta que divierte
y hace pensar.
El argumento de la obra: para los días de asueto
laboral, Selena (Lucia Sempértegui) compró un
boucher sorpresa: dos pasajes -bastantes caros,
por cierto- que suponen una excursión hacia la
felicidad compartida con su pareja Felipe (Darío
Cortés). La erotopía es un viaje a ciegas en un
bus, con los ojos vendados a un lugar misterioso
y no especifi cado, hecho supuestamente para el
disfrute. Unas vacaciones originales -no a Mar del
Plata, ni a Brasil- donde recomponer viejas heridas
y ahuyentar la monotonía.
Pero, Selena parece olvidarse que el capitalismo
se encargó de vigilar y controlar también el mun-
do del ocio llevándolo a la lógica mercantilista o,
directamente, a la estafa. Aquello que Juan José
Sebreli llamó el ocio represivo o que Herbert Mar-
cuse caracterizó como la imposibilidad de ser fe-
lices en el mundo sin corazón de las sociedades
comerciales y consumistas.
Inscripta en el género de la mejor comedia -aque-
lla que aprovecha la risa liberadora para tratar
asuntos serios- la dramaturgia de Rubén de la To-
rre es más profunda de lo que parece. La dirección
está a cargo de Cortés en su doble rol de actor y
director. Se destaca la puesta realista y sorprende
gratamente la disposición «libre» de ubicación del
público. Ya que no hay butacas preestablecidas y
numeradas, como los lugares intercambiables de
las parejas o los enojos que a veces son del per-
sonaje de Selena y a veces el de Felipe. El «viaje
sorpresa para enamorados» será la ocasión para
que los interpretes Cortés y Sempértegui puedan
profundizar en aspectos de la relación, alegrías y
dolores de esta pareja y, a su vez, hacernos sentir,
con sus brillantes interpretaciones -dirigidas por
Cortés-, la magia y la química redentora del ero-
tismo y la concupiscencia. Porque el viaje deviene
en refl exión sobre la naturaleza misteriosa, caó-
tica, gozosa y divertida del amor. Una obra para
disfrutar tanto como se disfrutan las mejores va-
caciones jamás soñadas.
«El abismo» de Rubén de la Torre. Dirige: Darío Cor-
tés. Actúan en elencos rotativos Darío Cortés y Lucia-
na Sempértegui y Román Miranda y Sabrina Kran-
jac. Asistencia de dirección: Román Miranda. Diseño
Gráfi co: Lucas Cannuchi. Género: Comedia. En Club
Re. Garibaldi 228. Microteatro Quilmes. Funciones:
viernes y sábados. 23, 23 y 30 y o
