Como era de imaginar, Quilmes le rindió tributo a su ídolo máximo; con un emotivo acto previo al inicio del partido, recordó al Indio Gómez.
Los actos que no fueron comunicados por prensa del club, pretendiendo causar un efecto sorpresa, se dieron todos en la previa. Los hinchas colgaron una bandera en el alambrado con la imagen del ídolo y la leyenda: Indio Eterno.
Desde el club se organizó el ingreso de los jugadores al campo de juego, luciendo todos botines blancos (recordando que el Indio fue el primer futbolista en usarlos) e imitaron su tradicional saludo a la gente.
Luego Adrián Calello colocó una camiseta con el número 10 en el círculo central y se realizó un Minuto de Silencio. Esposa e hija del Indio tomaron la camiseta y recibieron una plaqueta ante el aplauso de los presentes.
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