La fiscal de Instrucción de segundo turno de la ciudad cordobesa de Villa María, Juliana Companys, manifestó que «es imposible de dimensionar el dinero» que movía la organización Generación Zoe, debido a la «multiplicidad de negocios en la Argentina y en el exterior» mediante las estafas que realizaba con el esquema piramidal.
También, consideró que «es necesario endurecer las penas» porque -argumentó- hay «una legislación desactualizada que resulta leve para los delitos económicos», con penas de dos meses a seis años, y que a mitad de la condena permite a los condenados que «recuperen la libertad siendo millonarios».
La fiscal lleva la causa madre que comenzó a investigar en febrero de este año en Villa María a partir de denuncias anónimas, y, desde allí, la pesquisa se extendió a otras provincias y al exterior, .
Previamente, a principios de enero, la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) habían iniciado sus propias investigaciones sobre Generación Zoe por una denuncia promovida por la Organización No Gubernamental Bitcoin Argentina, por los supuestos delitos de estafas e intermediación financiera mediante el sistema conocido como ponzi.
La causa tiene 29 imputados por distintas responsabilidades, entre ellos a su máximo responsable, Leonardo Cositorto, Maximiliano Batista y Claudio Álvarez como algunos de los principales directivos de Zoe y que, según la fiscal, en esa ciudad cordobesa «son más de 1.050 las víctimas y hasta el momento son únicamente 176 los damnificados que denunciaron» las estafas.
Companys precisó a Télam que en su investigación pudo contabilizar US$ 2 millones y $ 15 millones, pero añadió que tiene «conocimiento de que Zoe tenía un movimiento diario de un millón de dólares y un estimado aproximado de US$ 120 millones» al momento de la intervención judicial, ya que son alrededor de 880 damnificados que no acudieron a la justicia, «probablemente porque se trataba de dinero en negro».
En marzo de este año los ahorristas se vieron con las puertas cerradas de las oficinas de Generación Zoe en Villa María y comenzaron los reclamos en las calles, porque los directivos habían tomado conocimiento de los inminentes allanamientos, y entonces «redireccionaron todo el dinero a familiares y amigos de confianza».
«Es imposible, incalculable, dimensionar el dinero, las empresas y los negocios que manejaba Zoe, porque en algunos casos se nos hace imposible obtener información», particularmente de las inversiones que tiene en el exterior.