La Federación de Remiseros junto a socios privados compró la Clínica Materno Infantil de Quilmes, ex Brandsen, por lo cual decidió cerrar el edificio para someterlo a una reforma integral, junto con la renovación del plantel médico.
Las obras tardarán, por lo menos, dos meses, pero se prevé para los primeros días de enero la inauguración de nuevos consultorios sobre la calle Moreno, a la vuelta del sanatorio de Brandsen 128.
Este medio publicó ayer el sopresivo cierre del sanatorio “por reformas” y dio cuenta de la nula información al respecto.
El titular de la Federación de Remiseros, Alejandro Poli, reconoció que la obra social encontró el sanatorio “aniquilado por deudas, con un montón de problemas” y sin personal: “no había nadie, hay muchos juicios laborales. Nuestra idea es convocar a la gente y el que quiera volver a trabajar, podrá hacerlo. Se generarán cien puestos de trabajo más todo el plantel médico”, sostuvo.
La Federación de Remiseros tiene una experiencia similar en San Francisco Solano que busca repetir en Quilmes con la Materno Infantil. En una entrevista radial, Poli dijo que “hicimos un plan para hacernos cargo de la clínica, con todos los problemas y conflictos. Hace un mes se terminó la documentación y se decidió cerrarla para reformarla toda”.
Si bien el edificio se pondrá en funcionamiento paulatinamente, Poli dijo que en un año podría tener una actividad plena, recuperando el prestigio que tuvo la clínica en sus inicios y que fue perdiendo por una pésima administración y por casos como el del médico trucho detenido en 2021, cuyo juicio se haría el año que viene.
La adquisición del sanatorio se hizo “en sociedad con un sector privado. Ponemos el trabajo y nuestra experiencia en salud con los afiliados y ellos ponen la capacidad económica y la estructura de los médicos. Necesitamos una clínica maternal no solo para los afiliados de Quilmes, sino te todo el país. Vamos a trabajar con PAMI y con las obras sociales que se vayan anotando. En enero vamos a inaugurar una oficina a la vuelta”.
