En el marco del tradicional lavado de pies del Jueves Santo, que este año estuvo dedicado a los adultos mayores, la Iglesia Católica argentina reclamó jubilaciones dignas ante la difícil situación social que atraviesa el país.
La ceremonia fue impulsada por curas villeros y sacerdotes de barrios populares, y contó con el respaldo del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, quien envió un fuerte mensaje en favor de los jubilados.
“Démosle el dominio político al corazón”, pidió García Cuerva durante su homilía, donde llamó a dejar de lado divisiones y trabajar en unidad frente a la “realidad compleja y desafiante” que vive la Argentina.
Con la Catedral de Buenos Aires colmada y más de 400 personas presentes entre religiosos, obispos y seminaristas, el arzobispo convocó a no dejar a nadie afuera.
“Hoy es la hora de vivir nuestro ministerio sacerdotal anclados en Cristo, sin postergaciones ni excusas”, sostuvo.
El acto, simbólico y cargado de contenido social, buscó visibilizar el drama que atraviesan miles de adultos mayores, afectados por jubilaciones que no cubren sus necesidades básicas y un contexto económico que los golpea de lleno.
