Matrimonio reclama que su hija no sea entregada a un hogar de menores

Un matrimonio quilmeño busca evitar que una niña sea entregada a un hogar de menores por decisión de una jueza en medio de una complicada situación familiar que comienza con el nacimiento de la pequeña a partir de una relación de su padre -que luego resultó no ser el biológico- y una joven, en un momento en que la pareja estaba separada.

En este sentido, el abogado Rubén Enrique Valerio presentó una medida autosuficiente para que la jueza de Familia Nº 1, Gabriela Blanchiman, “lo vuelva a reconsiderar” y de este modo desista de enviar a Emma, quien tiene dos años y cuatro meses, al Hogar Nomadelfia, ubicado en El Pato, Berazategui.

Emma fue el resultado de una relación con el padre que se dio en Misiones, en un momento en que el matrimonio había decidido separarse. “La niña está desde el día que nació con el papá”, indicó el abogado.

Al regreso a Buenos Aires, Christian Ávila, quien se hizo cargo de la niña, recibió un llamado de Yeselem, quien le informó que estaba embarazada. El matrimonio, ya restablecido, acordó convivir en su casa con la joven y otra hija de cuatro años hasta dar a luz. Una vez que la pequeña nació, fue dada en “abrigo”, como se define legalmente, al hermano de Ávila, mientras se lograba la adopción.

Sin embargo, un llamado anónimo alertó que Ávila no era el padre de Emma y las pruebas de ADN realizadas lo confirmaron. Sin embargo, la pareja y la madre biológica acordaron que la situación continuara de la misma forma.

Para la jueza Blanchiman, no obstante, la niña debe mantener una relación cercana con su madre biológica, que vive en Misiones y mientras tanto debe ser derivada al hogar de menores de Berazategui.

El doctor Valerio hizo una presentación para evitar el traslado, que días atrás estaba frenado porque la pequeña presentaba fiebre y estaba siendo sometida a estudios médicos. “Yo apelé la causa, está en la Cámara de Apelaciones y en vez de salir con efecto suspensivo, salió con efecto devolutivo. Quiere decir que la Cámara va a resolver la cuestión de fondo pero esta medida llevar a la nena a una institución no está suspendida”, manifestó.

“Emma estuvo desde su concepción hasta la entrega a Hernán Maximiliano (tío) junto a quien suscribe, habiendo sido engañado por Yeselem. (madre biológica), no obstante ello el estado de padre lo he adoptado y cumplido, independientemente de las medidas adoptadas me siento y considero padre de la niña”, dice Ávila en la presentación hecha ante la doctora Blanchiman.

“Con la madre biológica hemos celebrado acuerdo respecto a cuidado personal y derecho de comunicación y conforme se desprende del artículo 643 del CPCCN, Yeselem. me había delegado el cuidado personal de Emma”.

Asimismo, “jamás su madre biológica ha mantenido contacto con la niña, no vulnerándose jamás los derechos de su identidad. Emma sabe con su corta edad que mi pareja es su mamá del corazón”.

El resultado negativo del ADN, dice el padre en la presentación, “nada ha cambiado nuestro amor para con ella, la sentimos nuestra hija desde la concepción, máxime cuando la madre biológica decide dejárnosla”.

Ávila aseguró que con la madre biológica “celebramos en una escribanía un acuerdo respecto del cuidado personal y derecho de comunicación, el que no cumplió, ya que desde la concepción, Yeselem demostró desinterés, no quiso tener contacto con la niña”.

“El caso no se trata de valorar si el matrimonio o el hogar es mejor, sino el menor mal para la pequeña, circunstancia que queda perfectamente respaldada por los profesionales actuantes”, dijo.

Para Ávila el traslado a un hogar de niños provocaría un “irreparable daño psicológico” a la niña, que “se encuentra acabadamente integrada a su núcleo familiar”.

“Si la nena va a una institución que está en el Pato, los papás no podrán visitarla por un tema de pandemia. Es terrible”, afirmó Rubén Enrique Valerio, quien agregó que “la decisión es totalmente arbitraria”.

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