Javier Milei ha estado en el centro de la polémica luego de que se revelara que sus viajes al exterior han generado un gasto de más de $2.300 millones de pesos en menos de un año de gestión.
Según el informe de gestión presentado ante el Congreso por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el presidente argentino ha realizado un total de trece viajes internacionales entre enero y agosto de 2024. Estos traslados incluyeron visitas a Estados Unidos, Europa e Israel, y generaron un desembolso que ha sido ampliamente criticado, ya que el mismo incluye tanto encuentros oficiales como participaciones en eventos personales que han disparado los gastos.
A lo largo de estos ocho meses, Milei visitó en cinco ocasiones Estados Unidos, país que parece ser uno de sus principales puntos de interés. Entre sus viajes más destacados a este destino se encuentra su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington, donde tuvo su primer encuentro con el exmandatario y candidato presidencial Donald Trump. También asistió a una conferencia organizada por Heritage Foundation y mantuvo reuniones con importantes figuras del ámbito empresarial, como el CEO de Tesla, Elon Musk, y el fundador de Meta, Mark Zuckerberg. Estos encuentros han sido parte de la agenda que Milei ha desplegado en el extranjero, donde busca posicionarse como un líder conservador de alcance global y establecer alianzas estratégicas en materia económica y política.
Sin embargo, no todos sus viajes han sido estrictamente oficiales. El mandatario también ha aprovechado sus salidas del país para recibir premios personales, como su distinción como “Embajador de la Luz” por una comunidad judía en Estados Unidos, lo que ha generado cuestionamientos sobre si estos eventos justifican el uso de recursos públicos. En total, el cálculo realizado por Ámbito, en base a las cifras proporcionadas por la Jefatura de Gabinete, arroja que el Estado desembolsó $754.472.513,48 en pesos, a los que se suman $1.592.973,52 en dólares y 4.135,80 euros, superando los $2.308 millones al cambio oficial.
El primero de los viajes internacionales de Milei se produjo en enero de 2024, cuando participó en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Durante esta visita, se reunió con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y con el Secretario de Estado del Reino Unido, David Cameron. Si bien estas reuniones fueron catalogadas como importantes en la agenda internacional, lo cierto es que el gasto total de este viaje ascendió a más de $36 millones, una cifra que ha sido duramente criticada en un contexto de ajuste económico y social en Argentina.
En febrero, el presidente argentino realizó una extensa gira que incluyó visitas a Israel, Roma y el Vaticano. En Israel, mantuvo encuentros con el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamín Netanyahu, además de reunirse con empresarios del sector tecnológico. Posteriormente, en Italia, tuvo una audiencia con el Papa Francisco y asistió a la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como “Mama Antula”. Este viaje, que combinó actividades diplomáticas y religiosas, implicó un gasto de más de $105 millones, una cifra que, nuevamente, ha generado controversia debido a la participación en eventos personales y no estrictamente oficiales.
En marzo, Milei volvió a viajar a Estados Unidos para asistir a una conferencia en Florida y recibir el mencionado reconocimiento de la comunidad judía. Además, aprovechó para reunirse con empresarios como Daniel Pinto de JP Morgan y el argentino Daniel Hadad. El costo de este viaje fue de $65 millones, lo que se sumó a otros gastos en dólares y reafirmó la tendencia de viajes costosos del mandatario.
A lo largo de los meses siguientes, Milei continuó con una intensa agenda internacional. En mayo, regresó a Estados Unidos para participar en la Conferencia Global “Shaping a Shared Future”, organizada por el Instituto Milken en Los Ángeles, y luego viajó a Madrid, donde presentó su libro “El Camino del Libertario”. En este último viaje, se reunió con el líder del partido de ultraderecha VOX, Santiago Abascal, lo que marcó un fuerte alineamiento con sectores de la derecha europea. Asimismo, protagonizó una disputa pública con el presidente español Pedro Sánchez, acusando a la primera dama de España de corrupción, lo que tensó las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Durante este mismo período, Milei realizó su cuarto viaje a Estados Unidos, esta vez a San Francisco, donde mantuvo reuniones con líderes del sector tecnológico, incluyendo al CEO de Open AI, Sam Altman, y al CEO de Google, Sundar Pichai. Posteriormente, viajó a El Salvador para asistir a la ceremonia de investidura presidencial de Nayib Bukele, lo que volvió a generar un importante desembolso de recursos públicos.
El gasto en viajes no se detuvo allí. En junio, Milei participó de la Cumbre de Jefes de Estado del G7 en Bari, Italia, donde mantuvo encuentros con figuras como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Japón, Fumio Kishida. Posteriormente, viajó a Suiza para asistir a la Cumbre Global por la Paz de Ucrania y recibió una condecoración del presidente ucraniano Volodimir Zelenski. Este viaje costó al Estado argentino más de $108 millones, lo que se sumó a una larga lista de gastos que siguieron creciendo mes a mes.
Finalmente, en julio, el presidente argentino volvió a cruzar el Atlántico para asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos de París, en un viaje que generó tensiones diplomáticas con Francia luego de que la vicepresidenta Victoria Villarruel apoyara una canción xenófoba contra jugadores de la selección francesa. A pesar de estas polémicas, Milei mantuvo reuniones con empresarios franceses de relevancia internacional, como el CEO de Total, Patrick Pouyanné, y el presidente del Banco Rotschild, Alexandre de Rotschild.
Los viajes de Javier Milei al exterior han generado una factura millonaria para el Estado argentino en un contexto de austeridad y crisis económica. Aunque algunos de estos traslados han sido para cumplir con compromisos diplomáticos y económicos, muchos otros han sido criticados por su naturaleza personal y el elevado costo que implican, algo que ha puesto en cuestión la gestión del mandatario en cuanto al uso de los recursos públicos.