Prisión domiciliaria para el jubilado que mató a un ladrón

Los familiares ratifican que el hombre de 71 años actuó en legítima defensa. Según los abogados, los delincuentes serían barrabravas de Quilmes

Prisión domiciliaria para el jubilado Adolfo Ríos, de 71 años, que está acusado de matar a uno de los ladrones que entró a robar en su casa de Quilmes Oeste.

Ríos, acusado de matar de un balazo en el tórax a uno de los cinco delincuentes que el viernes ingresó a robar a su casa, fue beneficiado este lunes por la tarde con un arresto domiciliario, según informó el doctor Hugo Icazati, que es uno de sus abogados defensores.

La medida fue dispuesta por el juez de Garantías, el quilmeño Martín Nolfi y alcanzó al jubilado, quien recupera la libertad desde la comisaría Quilmes 9ª y cumplirá con la morigeración en la casa de uno de sus hijos.

El hombre, de profesión herrero, fue acusado del delito de «homicidio agravado por el empleo de arma de fuego» en perjuicio de Franco Moreyra, de 26 años.

Otro de los abogados defensores, el doctor Alejandro Marino Cid, señaló que los delincuentes serían barrabravas de Quilmes y que el crimen se produjo porque el jubilado corría riesgo, ya que aún permanecían a pocos metros los cómplices de la víctima.

De acuerdo a lo que pudieron reconstruir los investigadores, a partir del análisis de las imágenes de dos cámaras de seguridad, cinco delincuentes ingresaron a la vivienda de Ríos, ubicada en Ayolas al 2700 de Quilmes Oeste, luego de trepar la medianera de un vecino y arribar al fondo de la propiedad.

Ríos fue sorprendido mientras dormía por los asaltantes y fue golpeado e intimidado con un destornillador, mientras le exigían dinero, añadieron los informantes.

En esas circunstancias, el hombre extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros de su propiedad y les efectuó al menos seis disparos a los delincuentes, quienes huyeron de inmediato.

Dos de los ladrones quedaron registrados por las cámaras mientras huían a la carrera, mientras que un minuto después se observa al último de los sujetos, Moreyra, quien escapaba rengueando por una herida en una de sus piernas y luego de doblar la esquina, ya a unos 60 metros de la vivienda del jubilado, se sienta en el suelo.

Siempre según la misma secuencia, el ladrón se encontraba desarmado (pero a pocos metros estaba el auto de los cómplices, según los abogados) cuando entra en escena Ríos portando un arma de fuego, quien forcejea con el asaltante hasta que este deja de moverse, informaron fuentes de la investigación.

Esto permite inferir a los investigadores que fue el momento donde el jubilado le disparó en el tórax, ya que de las imágenes se desprende que Moreyra no tenía previamente una herida en el pecho, por la forma en que escapaba «a los saltos».

Además, al momento de peritar la escena del crimen se hallaron tres vainas servidas de calibre 9 milímetros, que fueron levantadas para cotejarlas con la pistola secuestrada al imputado.

Una fuente con acceso al expediente explicó que el ladrón fue baleado «en un estado de total indefensión, cuando ya no representaba ningún peligro».

Asimismo, los pesquisas sospechan que la herida en la pierna que tenía Moreyra pudo habérsela provocado mientras trepaba la medianera, donde fueron encontradas huellas que también serán peritadas.

Ríos fue aprehendido luego de un allanamiento en urgencia en su casa dispuesto por el fiscal Ariel Rivas, quien en principio ordenó su aprehensión por el delito de «homicidio con exceso en la legítima defensa» y luego agravó la acusación.

Vale mencionar que el jubilado fue asistido por personal de salud, que constató heridas sangrantes en su cabeza y lesiones visibles en un antebrazo y en el rostro.

Pedido

Familiares del jubilado señalaron que la víctima no estaba indefensa, ya que sus cómplices lo esperaban en un auto a pocos metros.

Los hijos del hombre que está acusado del delito de «homicidio agravado por el empleo de arma de fuego» manifestaron que «no puede quedar la carátula de homicidio. Se defendió en su casa y defendió a su vecina. No puede ser que tengamos que vivir esto. Es el mundo del revés. Los chorros afuera y la gente de bien adentro. Tiene los dedos rotos de hacer rejas para que el barrio esté seguro…».

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