Puentes turísticos: el Gobierno redefine su carácter y deja a los trabajadores sin garantías

El cambio también abre la puerta a nuevas tensiones en las relaciones laborales.

El Gobierno nacional, a través de un decreto firmado por el presidente Javier Milei y el jefe de Gabinete Guillermo Francos, estableció tres días no laborables con fines turísticos para 2025: el viernes 2 de mayo, el viernes 15 de agosto y el viernes 21 de noviembre. Sin embargo, estos días, tradicionalmente pensados para fomentar el turismo interno y garantizar descansos extendidos, tendrán un carácter distinto. Ahora serán días no laborables en lugar de feriados, lo que implica que quedará a discreción de cada empleador otorgar la jornada libre o no.

Esta modificación no es menor y deja en una posición incierta a miles de trabajadores que, en años anteriores, podían contar con estos días como feriados, con el derecho indiscutible a disfrutarlos libres o, en caso de trabajar, recibir un pago doble. En cambio, con la nueva disposición, las empresas no estarán obligadas a dar el día libre ni a pagar adicionales por el trabajo realizado en estas fechas. Los empleados que deban cumplir con sus tareas lo harán por el mismo salario habitual, eliminando el incentivo económico que caracteriza a los feriados.

La decisión fue presentada bajo el argumento de otorgar mayor flexibilidad a las empresas y fomentar el turismo sin imponer costos adicionales. Sin embargo, desde sectores sindicales y laborales ya se alzaron voces críticas. “Esto es un retroceso en los derechos laborales. Los días puente eran una herramienta que no solo incentivaba el turismo, sino que también ofrecía un merecido descanso para los trabajadores. Ahora, quedan expuestos a la voluntad del empleador”, sostuvo un representante de la CTA.

Por su parte, desde el Gobierno defienden la medida argumentando que permitirá un equilibrio entre la reactivación económica y la flexibilidad empresarial. En palabras del jefe de Gabinete, Guillermo Francos: “Es importante fomentar el turismo, pero sin generar mayores costos para los empleadores. Estamos buscando un modelo más moderno y eficiente para aprovechar estos días”.

Los días puente han sido históricamente una herramienta clave para dinamizar el turismo interno. Al unir los feriados con los fines de semana, permitían que millones de argentinos planificaran escapadas a destinos turísticos, beneficiando a las economías regionales. Sin embargo, la incertidumbre que genera este cambio podría reducir el impacto positivo de estos días.

Los trabajadores que no tengan la seguridad de contar con el día libre podrían abstenerse de organizar viajes o actividades, afectando directamente a los sectores turísticos que tradicionalmente se ven beneficiados. Desde la Cámara Argentina de Turismo expresaron preocupación: “El turismo interno depende en gran medida de estos fines de semana largos. Si no hay certeza sobre los días libres, será difícil mantener el mismo nivel de actividad”.

El cambio también abre la puerta a nuevas tensiones en las relaciones laborales. Al dejar a criterio de los empleadores la concesión del día libre, se crea un escenario desigual, donde algunos trabajadores podrán disfrutar de los beneficios del descanso y otros no, dependiendo de la política de cada empresa.

Mientras tanto, los críticos señalan que esta medida es coherente con otras decisiones del gobierno de Milei, orientadas a reducir regulaciones y costos laborales, aunque sea a costa de derechos históricamente consolidados. “Esto no es modernización, es precarización encubierta”, afirmó un dirigente gremial.