El regreso a las clases presenciales pone a prueba las medidas de prevención que se deben tomar en escuelas públicas y en colegios privados para prevenir la propagación del coronavirus.
El Gobierno provincial decidió el miércoles que los chicos regresen a las aulas con un sistema de monitoreo del aire y una vigilancia epidemiológica estricta.
Los colegios privados, por su parte, aplican un sistema de prevención similar al que se puso en marcha a principios de año con alumnos distribuidos en burbujas y ventilación de las aulas, además de la higiene de los alumnos, personal e instalaciones.
Se distribuyeron 33.000 dispositivos medidores de dióxido de carbono (CO2) a las más de 11.000 escuelas de gestión estatal.
El monitoreo de CO2 permite regular el nivel de apertura de las puertas y ventanas necesario para una adecuada ventilación que mitigue el riesgo de contagio y aporte la mayor comodidad térmica posible en el contexto de bajas temperaturas.
Asimismo, se extendió el Plan de vigilancia epidemiológica activa en las escuelas, a través del cual los equipos de salud realizarán testeos muestrales aleatorios a docentes y auxiliares para la detección de casos asintomáticos.
En forma paralela, se intenta completar el plan de vacunación de todos los trabajadores de la salud, para asegurar que los maestros estén asegurados ante un contagio.
Temor por la variante Delta
El hospital de Quilmes mantiene desde hace días un nivel de internación estable, que ronda el 80 % de ocupación de camas de Terapia Intensiva. La situación fue considerada positiva por el director Juan Fragomeno, quien además no ocultó su temor por el ingreso al país de la cepa india, conocida como variante Delta del coronavirus, que es más contagiosa que las actuales y exige una mayor internación.
