Las tensiones en el conflicto entre Rusia y Ucrania continúan escalando con nuevos episodios de violencia. Según informó este viernes el ejército ucraniano, las fuerzas rusas llevaron a cabo un ataque masivo utilizando un total de 132 drones no tripulados para golpear diversos puntos del territorio ucraniano. Aunque las autoridades locales no detallaron el alcance exacto de los daños causados, el uso de una cantidad tan significativa de drones subraya la creciente dependencia rusa de esta tecnología en el campo de batalla.
Por otro lado, Ucrania aseguró haber infligido un duro golpe a las tropas rusas en las últimas 24 horas, reportando más de 2.000 bajas entre muertos y heridos en el bando enemigo. Estas cifras, de ser confirmadas, representarían una de las jornadas más letales para Rusia en las semanas recientes del conflicto.
El ataque con drones y los enfrentamientos terrestres se producen en un contexto de intensificación de las hostilidades, mientras ambas partes buscan consolidar sus posiciones antes del invierno, que tradicionalmente dificulta las operaciones militares. Observadores internacionales señalan que estas acciones reflejan un endurecimiento en las estrategias de ambos bandos, con Rusia apostando por operaciones tecnológicas y Ucrania manteniendo su resistencia activa en el terreno.
A pesar de los esfuerzos internacionales por lograr un alto el fuego, la situación parece lejos de estabilizarse. Este reciente ataque masivo con drones y las elevadas bajas reportadas son un recordatorio de la gravedad del conflicto y de las consecuencias devastadoras que continúa teniendo para ambas naciones y la región en general.
