Título para Francisco Martínez Mojica

El padre de la técnica CRISPR recibió la mención de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional local. El científico español fue reconocido por sus desarrollos en edición genética durante una ceremonia en la sede de la UNQ

Francisco Martínez Mojica, profesor del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante (España), recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
La ceremonia comenzó con las palabras de Daniel Gómez, exrrector de la UNQ y director del Laboratorio de Oncología Molecular: «la técnica CRISPR es uno de los mayores avances de la historia reciente. Con su descubrimiento se inició una revolución». Y agregó: «es sano que surjan dudas éticas porque nos obliga a crear legislaciones robustas. La ciencia como conocimiento no es ni buena ni mala, lo que puede ser mala es la aplicación».
Luego fue el turno de Alfredo Alfonso, vicerrector de la UNQ, quien agregó: «nuestra Universidad invierte alrededor del 3% de su presupuesto en investigación. Este acto nos sirve para marcar el compromiso inquebrantable de la institución con la investigación».
Alejandro Villar, rector de la UNQ, manifestó: «como argentinos nos enorgullecemos de que la educación sea pública y gratuita, instrumento de la movilidad social. La educación es también un instrumento de inclusión y equidad. Las universidades del conurbano amplían el acceso al nivel superior. Tenemos que estar orgullosos de la formación que les damos a nuestros científicos en el sistema universitario argentino. Si no logramos una articulación para que la investigación se convierta en motor de desarrollo, habremos fracasado».
Posteriormente, el rector y el vicerrector le entregaron a Francisco Martínez Mojica el título de Doctor Honoris Causa. Antes de dictar su conferencia magistral, Martínez Mojica declaró: «recibir este reconocimiento es tremendamente especial para mí. Hay que agradecer la distinción a la labor científica. Un millón de gracias por honrarme con este título y por hacerme parte para siempre de la UNQ».

Sobre Francisco Martínez Mojica

El científico es reconocido en el mundo por sus aportes sustanciales en el desarrollo de CRISPR, la técnica que ha revolucionado el campo de la biomedicina. ¿En qué consiste? Se trata de las famosas «tijeras genéticas» -nombre que ha recorrido el planeta- que permiten editar el genoma de cualquier ser vivo y cuyas potencialidades, en la actualidad, se revelan infinitas. Permite copiar y pegar genes de manera sencilla, esto es, eliminar virus de células infectadas y corregir cualquier defecto genético. Según se espera, en un futuro cercano abrirán la puerta para la realización de un abordaje estratégico de aquellos procesos involucrados en diversos tipos de cáncer, enfermedades neurodegenerativas y otros trastornos.
Durante más de 20 años, este biólogo (por la Universidad de Valencia) y doctor en Biotecnología (por la Universidad de Alicante), dedicó sus esfuerzos al estudio del sistema inmunológico de las bacterias y sus capacidades para defenderse de la infección por virus. Hoy, la comprensión de este mecanismo constituye uno de los mayores avances del campo en la historia reciente. Tanto es así que, en 2018, Martínez Mojica fue uno de los nombres que más rebotó entre las paredes de la Real Academia de Ciencias de Suecia para recibir el Nobel en Medicina o Química. Pese a no ser laureado, las chances se mantienen intactas para este 2019.
A la fecha, si bien acumula más de 40 distinciones, sigue cosechando logros. El título que le entregó la UNQ representa su primer reconocimiento fuera de España y también su primera vez en Argentina, por lo cual tiene un gusto especial. «Para mí significa mucho, cuando me lo propusieron no lo podía creer. Que una institución joven y vital como la Universidad Nacional de Quilmes me reconozca con su máxima distinción me llena de orgullo. La mayoría de los científicos no esperamos ser reconocidos cuando comenzamos a investigar, nadie sueña con esto», señaló. Y concluye: «un galardón otorgado por un establecimiento público es un hecho que me supera. Aunque no lo busco, me emociona como un niño. Toda mi vida he apostado a la educación pública y de calidad. Solo restan palabras de agradecimiento».

 

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