Un preocupante episodio de violencia impactó al transporte público en la región: un chofer de la línea 324 fue víctima de una brutal agresión en la rotonda de Gutiérrez, lo que lo dejó hospitalizado.
El incidente ocurrió cuando un pasajero, presuntamente molesto por no poder abordar el colectivo debido a la falta de saldo en su tarjeta SUBE, atacó al conductor. Según testigos, el agresor rompió los vidrios del vehículo utilizando una cadena antes de golpear al chofer. Vecinos de la zona afirmaron que el atacante ya habría protagonizado otros episodios violentos.
Este nuevo hecho de violencia pone nuevamente en evidencia la inseguridad que enfrentan diariamente los trabajadores del transporte público. Uno de los principales reclamos históricos de los choferes es la instalación de cabinas protectoras, una medida que sigue siendo insuficiente en muchas unidades y que, según aseguran, podría haber evitado ataques como este.
Ante la gravedad de la situación, los compañeros del conductor agredido evalúan realizar un paro en protesta, lo que afectaría el servicio de la línea 324. Esta línea conecta Ingeniero Allan con Don Bosco, atravesando localidades como Florencio Varela.
Aunque la medida aún no ha sido confirmada, podría iniciarse este jueves, impactando a miles de usuarios. Los trabajadores exigen no solo justicia para su compañero, sino también la implementación urgente de medidas de seguridad que garanticen su integridad física y permitan la continuidad del servicio sin riesgos.
Un problema recurrente
Este hecho, lejos de ser aislado, resalta la vulnerabilidad de los conductores frente a situaciones de violencia. La falta de políticas efectivas y la demora en atender los reclamos del sector agravan un panorama que parece repetirse sin soluciones claras.
La comunidad espera una respuesta inmediata por parte de las autoridades, no solo para atender este caso, sino también para garantizar condiciones de trabajo seguras y dignas para todos los choferes.