Un vecino de Quilmes Oeste vivió un inesperado episodio al regresar a su hogar en la madrugada de este miércoles. Al pasar por el pasillo del patio, notó una sombra extraña a cierta altura y, al girar, se encontró cara a cara con una comadreja gigante.
El insólito encuentro tuvo lugar cerca de las calles Carlos Pellegrini y Andrés Baranda, donde la presencia de este marsupial, también conocido como zarigüeya, causó sorpresa entre los vecinos. Si bien el animal huyó rápidamente antes de ser capturado, la experiencia fue suficiente para alertar al área de Zoonosis del Municipio.
Especialistas explicaron que la zarigüeya es un marsupial inofensivo, cuya presencia en entornos urbanos se ha vuelto ocasional debido a los cambios en sus ecosistemas naturales. Si bien es más común en zonas con mayor vegetación, su adaptación al conurbano bonaerense se ha incrementado.
Estos animales tienen hábitos nocturnos y solitarios, suelen refugiarse en huecos de árboles o nidos durante el día y no representan un peligro para los humanos. De hecho, son aliados naturales en el control de plagas, ya que se alimentan de insectos como cucarachas y ahuyentan ratas.
Los expertos aconsejan no ahuyentar ni dañar a estos marsupiales, ya que cumplen un rol ecológico importante. Si bien su presencia puede causar sorpresa o temor, tener una zarigüeya en el jardín es un indicador de equilibrio en el ecosistema local.
El vecino, tras el curioso episodio, aseguró que estará más atento en caso de nuevos avistamientos, mientras que las autoridades locales monitorean la situación para garantizar la convivencia entre humanos y fauna silvestre.
