Alumnos de Berazategui presentan repelente casero en la UNQ

En medio de las acusaciones entre el gobierno bonaerense y el nacional por posibles brotes de dengue, las escuelas del conurbano sur elaboran sus propias estrategias de defensa.

Estudiantes de sexto año de primaria del Colegio Atanasio Lanz (Berazategui) realizan repelentes con hierbas naturales para ahuyentar a los mosquitos. Con menta, eucaliptus, lavanda, tomillo y albahaca, los niños y niñas proponen una alternativa económica, casera, sin agregados químicos y amigable con el ambiente.

En medio de las acusaciones entre Nicolás Kreplak y Mario Russo, -ministros de Salud bonaerense y nacional respectivamente- por la falta de políticas sanitarias frente al dengue, las instituciones desarrollan sus propios mecanismos de prevención. A través de un método simple y frente a la invasión de insectos, la ausencia de repelentes industriales ante la gran demanda y una posible epidemia, los alumnos se adelantaron a las altas temperaturas para llevar a cabo su propio producto. El proyecto fue presentado en el marco de la 19° Feria Regional de Educación, Arte, Ciencia y Tecnología realizada en la UNQ, que nucleó trabajos de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela.

Lo primero que hicieron los chicos fue una investigación para ver cuáles de las hierbas aromáticas eran las más efectivas y, en base a ese trabajo, se eligió la menta, el tomillo, la lavanda, la albahaca y el eucaliptus. Una vez que ellos hicieron su repelente, los probaron y obtuvieron buenos resultados”, explica Belén Ahrens, docente que llevó a cabo el trabajo junto a sus estudiantes, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

Si bien la elaboración de los niños no tiene DEET, el compuesto de los repelentes industriales por el cual se mide la efectividad del producto (se considera que una concentración de entre el 10 y el 30 por ciento proporciona una protección adecuada), el objetivo es alejar a los mosquitos. “La problemática que nosotros tuvimos en cuenta fue que hacía mucho calor y había muchos mosquitos, entonces la idea consistió en elaborar repelentes caseros para poder ahuyentarlos, no matarlos, solo alejarlos para que no nos piquen”, cuenta Jano Pereyra, uno de los alumnos que participó de la presentación del trabajo en la Feria, en conversación con la Agencia.

En este sentido, aunque se puede preparar de diferentes maneras que incluyen alcohol, aceite u otras opciones, la docente junto a sus estudiantes optaron solo por agua. “Elegimos algunas hierbas, las trituramos con la mano y un mortero, les dimos un hervor, las dejamos reposar 24 horas, colamos el líquido y lo envasamos en un atomizador”, detalla Bianca Goya, otra de las alumnas que participó en la Feria, ante la Agencia.

De los 136 proyectos que participaron, el del Atanasio Lanz no fue el único vinculado a los mosquitos, sino que varias escuelas primarias, secundarias y de adultos tuvieron en cuenta esta problemática que afectó a cientos de miles de personas. Vale destacar que el 2024 empezó con un combo marcado por invasión de insectos, brote histórico de dengue, ausencia de repelentes industriales (ya que no llegaban a cubrir la demanda) y sobreprecio cuando estaba disponible. En este marco, frente a la falta de una política nacional en términos de prevención y erradicación, las comunidades educativas de la región se hicieron eco y quedó plasmado en los trabajos.

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