El 28 de junio de 2008 quedará guardado por siempre en los corazones de los hinchas de Berazategui: ese sábado a la tarde, en cancha de Banfield, el Naranja igualó, sin goles, ante San Martín de Burzaco en el partido de vuelta por la Final del Reducido, tras haber ganado 3-2 en el partido de ida disputado en el Estadio Unico de La Plata, y de esa manera lograba regresar a la Primera C, tras los peores cinco años de su historia en los que le tocó jugar en la última categoría del fútbol argentino.
Y, entre los grandes responsables de ese gran logro, se encuentra el entonces entrenador Naranja Osvaldo Ruggero, quien se hizo cargo del plantel en el inicio de la segunda ronda de la temporada 2007-2008. “Jamás voy a poder olvidarme de ese ascenso con Berazategui porque fue el primero de mi carrera como entrenador. No puedo evitar emocionarme cada vez que me acuerdo de las dos finales ante San Martín, en las que demostramos que fuimos superiores a ellos y que Berazategui merecía ascender”, afirmó en diálogo con El Sol Deportes, el entrenador que durante su breve pero exitoso primer paso por el club, cosechó 15 victorias, 4 empates y 4 derrotas. Lo que se dice, un campañón con final feliz.
«El comienzo no pudo ser peor, tuvimos tres derrotas consecutivas, entre ellas la del 3-1 ante Argentino de Quilmes en la triste tarde de los incidentes entre los hinchas de Bera y la policía que terminó con la clausura del estadio. Pero, después nos fuimos asentando y tuvimos una racha de nueve victorias consecutivas que nos permitieron clasificar para el Reducido en donde dejamos en el camino a Riestra, a Liniers y a Midland, en una final para el infarto ya que, si bien teníamos ventaja deportiva en el partido de ida habíamos perdido 2-0 y en la revancha que se jugó en cancha de Lanús, hasta los 38 del complemento estábamos empatando 0-0. Hasta que llegó el cabezazo de Brunetti y el penal de Islas en el último minuto para darnos el pase agónico pero merecido a la final. Ese día sentimos que el Ascenso era nuestro», sostuvo Ruggero.
En la final del Permanencia lo esperaba un San Martín de Burzaco que venía muy golpeado tanto deportiva como institucionalmente. Y el Berazategui de los milagros se lo facturó con creces: en el partido de ida disputado en un estadio Unico de La Plata teñido de Naranja, Bera daba un enorme paso hacia el tan ansiado ascenso, al ganar 3-2, con dos goles de Soto y uno de Brunetti. Quedaba tan solo un peldaño para llegar a lo más alto de la escalera. Y ese paso lo dio en la histórica tarde del sábado 28 de junio al empatar, sin goles, en la revancha jugada en cancha de Banfield.
«Nosotros salimos a la cancha con la tranquilidad de saber que la obligación la tenían ellos. Si bien los primeros minutos fueron complicados porque salieron con todo a buscar el partido, con el correr de los minutos tomamos las riendas del partido y lo manejamos con muy buen criterio. Todavía me acuerdo de ese pelotazo en el palo que casi nos hubiera complicado la historia. Pero a lo largo de los 180 minutos Berazategui fue claramente superior a un San Martín de Burzaco que terminó con dos hombres de menos y totalmente desdibujado y desconsolado. En el viaje de vuelta pasamos por el diario Crónica para sacarnos una foto y después festejamos con la gente que nos estaba esperando en el centro de Berazategui. Fue maravilloso», dijo, antes de confesar en voz alta un sueño que de tanto en tanto lo desvela: «¡qué lindo sería volver a obtener un ascenso con Berazategui, un club al que respeto y quiero mucho!».
Luis Rodríguez
