Conmoción en el fútbol: murió Diogo Jota en un accidente en España

El delantero portugués de 28 años, figura del Liverpool y la selección de Portugal, falleció junto a su hermano André Felipe en un trágico siniestro vial en Zamora.

El mundo del fútbol está de luto: el futbolista portugués Diogo Jota, de 28 años, murió en un accidente de tránsito ocurrido este jueves por la madrugada en el municipio de Zamora, al noroeste de España. En el siniestro también perdió la vida su hermano André Felipe, de 26 años.

Según informaron medios internacionales, ambos viajaban a bordo de un Lamborghini por la autopista A52, cuando alrededor de las 00:30 (hora local) el vehículo se salió del camino a la altura del kilómetro 65 en dirección a Benavente. Las primeras pericias indican que el auto podría haber reventado un neumático durante un adelantamiento, lo que provocó el despiste y el posterior incendio del rodado.

El fuego se extendió a la vegetación de los alrededores y fue combatido por bomberos de la zona, quienes además asistieron a los médicos de Emergencias y a la Guardia Civil que trabajaron en el lugar.

Diogo Jota, casado recientemente con Rute Cardoso y padre de tres hijos menores de cinco años, había compartido hace apenas días una publicación con imágenes de su boda, acompañada por la frase: “Sí, para siempre”.

Surgido en el Paços de Ferreira (2014‑2016), tuvo un paso por el Atlético de Madrid, fue cedido al Porto y brilló en el Wolverhampton Wanderers, donde marcó 18 goles en la Championship. En 2020 llegó al Liverpool, donde disputó más de 180 partidos, convirtió 65 goles y dio 45 asistencias, siendo clave en títulos como la FA Cup, la League Cup y la Community Shield.

Con la camiseta de la selección de Portugal, jugó más de 40 encuentros y anotó 14 goles, siendo parte del plantel en torneos internacionales junto a figuras como Cristiano Ronaldo, quien le dedicó un emotivo mensaje: “No tiene sentido. Estábamos juntos en la selección, te acababas de casar. Descansen en paz, Diogo y André. Los extrañaremos”.

El dolor por la pérdida sacude no solo al fútbol portugués, sino al deporte mundial.