La Policía Federal Argentina ha llevado a cabo varios allanamientos que resultaron en la desarticulación de una organización cibercriminal internacional dedicada a estafas y al financiamiento de grupos criminales afiliados. Las detenciones se realizaron en Quilmes, Bernal, Florencio Varela, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, San Miguel, Morón y Laferrere.
La investigación, que se extendió durante meses e involucró escuchas telefónicas y traducciones del idioma igbo, el dialecto local del Estado de Nigeria, así como el rastreo de rutas de dinero y criptomonedas, reveló la existencia de esta organización. Esta es la tercera etapa de una investigación compleja que comenzó en 2019 a cargo de la División Delitos Tecnológicos.
La organización estaba dirigida por individuos de nacionalidad nigeriana que reclutaban a venezolanos y colombianos para cometer estafas y extorsiones, principalmente a través de llamadas telefónicas, así como operaciones más elaboradas dirigidas a diversas empresas. Se sumaron a los 58 detenidos en las etapas anteriores, lo que da un total de 76 detenidos relacionados con esta megaorganización, además del secuestro de cientos de dispositivos y dinero relacionado con los delitos, incluyendo 1,2 millones de dólares falsos.
En esta investigación, hubo colaboración activa de agencias especiales como el FBI (Federal Bureau of Investigation) y miembros de la Policía Nacional de España, que proporcionaron información crucial, como la localización de cuentas en el extranjero y la identificación de otras células de origen nigeriano dispersas en todo el mundo, conocidas como «black axe.»
Para llevar a cabo esta «Tercera Etapa,» se estableció un «Centro de Operaciones» que involucró mesas de enlace con personal del FBI y la Policía Nacional de España, además de la presencia del juez, unidades especiales y monitoreo en tiempo real. Como resultado, se lograron 18 detenciones de individuos de distintas nacionalidades, incluyendo nigerianos, haitianos, paraguayos y argentinos relacionados directamente con la organización. Fueron trasladados a las alcaidías de la Superintendencia de Investigaciones Federales, donde esperan ser interrogados. Además, se incautaron más de 30 teléfonos celulares, 6 computadoras portátiles y documentación relevante para la causa.
En total, a lo largo de las tres etapas de esta investigación, se logró la detención de personas de diversas nacionalidades que causaron un perjuicio económico a sus víctimas que supera los ocho millones de dólares. Este dinero se utilizaba para financiar el narcotráfico y el terrorismo. El enfoque en las próximas etapas será la desarticulación total de la organización.