Tras dos semanas de búsqueda, la policía logró detener al principal sospechoso del asesinato de Gastón Altamirano, un sereno apuñalado 20 veces el pasado 24 de octubre en un taller mecánico de Quilmes. La víctima, gravemente herida, pudo identificar al agresor en sus últimos momentos, susurrando “fue Pablo”, en referencia a su amigo y compañero de trabajo.
El acusado, tras el crimen, robó 300 mil pesos de la pensión por discapacidad de Altamirano y se dio a la fuga. Sin embargo, durante su confesión posterior a la detención, el sospechoso alegó un motivo insólito: declaró haber cometido el crimen porque, bajo los efectos de las drogas, confundió a Altamirano con el “pomberito”, una figura mítica del folclore guaraní conocida por su apariencia sombría y su capacidad para asustar a quienes lo ven.
La pista clave para dar con el agresor llegó el 31 de octubre, cuando en una serie de allanamientos la policía incautó dos teléfonos pertenecientes al sospechoso, quienes lograron rastrearlo. Finalmente, el hombre fue detenido este martes en la villa “La Candela” en Villa Luzuriaga, en un operativo conjunto de la Dirección Departamental de Investigaciones de Quilmes y La Matanza.
El caso quedó bajo la jurisdicción de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 7 del Departamento Judicial de Quilmes, a cargo de la fiscal Ximena Santoro, quien buscará esclarecer las circunstancias de un homicidio que ha conmocionado a la comunidad.