El último mes del año traerá una nueva tanda de incrementos que impactará directamente en el bolsillo de los argentinos. Entre los principales ajustes se destaca el aumento en el precio de los combustibles, que podría rondar el 3 por ciento, según lo que disponga la empresa de bandera YPF, principal actora del mercado. Este incremento repercutirá de manera directa en la economía nacional, generando un efecto cascada en los precios de bienes y servicios.
Pero los combustibles no serán el único golpe al presupuesto familiar. Diciembre también llega con subas en una variedad de rubros esenciales. Entre ellos, los colegios privados, los alquileres y las prepagas, que aplicarán ajustes ya anunciados. En el caso del servicio de agua, la empresa AySA también ajustará sus tarifas, mientras que los consumidores ya comienzan a sentir los efectos de las subas en los precios de la carne, donde todos los cortes registran aumentos significativos.
Además, el Gobierno Nacional evalúa la posibilidad de aplicar nuevos incrementos en las tarifas de luz y gas, lo que podría sumarse al panorama de aumentos y generar aún más presión sobre los hogares.
Estos ajustes complican aún más el escenario inflacionario que atraviesa el país, afectando tanto a consumidores como a pequeños y medianos comercios que intentan sortear el fin de año con márgenes ajustados. La acumulación de incrementos en servicios y productos básicos eleva las preocupaciones de economistas y especialistas, quienes advierten sobre el impacto en el poder adquisitivo y la capacidad de consumo de la población.
Con este panorama, diciembre promete ser un mes desafiante para las familias argentinas, que enfrentarán nuevos desafíos para cerrar el año en un contexto de constante presión inflacionaria.