El presidente Javier Milei enfrenta un momento crítico en su gestión, con un declive en su popularidad que se torna cada vez más pronunciado. Según las encuestas recientes, más de la mitad de los argentinos consideran que el país está siendo conducido en la dirección equivocada bajo su liderazgo. La cantidad de opositores supera de manera clara a la de sus adherentes, lo que refleja un descontento creciente con su administración.
Una de las señales más preocupantes para Milei es la percepción de que sus políticas no están funcionando. Casi el 50% de los encuestados creen que las medidas impulsadas por su gobierno no servirán y que, en cambio, llevarán a un mayor empobrecimiento de la población. Esta evaluación negativa no solo es alarmante, sino que muestra una tendencia a empeorar con el tiempo.
El rechazo hacia Milei no se limita a un sector específico de la población. Aunque las mujeres siempre lo han visto con recelo, ahora se suman los jóvenes y los sectores más humildes entre sus críticos más fuertes. Dos de cada tres argentinos afirman que el presidente tiene malas ideas o que, aunque las ideas no sean intrínsecamente malas, él no sabe cómo gobernar efectivamente.
Esta evolución negativa en la percepción pública pone en evidencia la creciente desaprobación de su gestión y plantea serios desafíos para su gobierno en los meses venideros. Con un rechazo cada vez más generalizado, Milei enfrenta la necesidad urgente de replantear su enfoque para evitar un mayor deterioro en su apoyo popular y en la estabilidad política del país.