Luego de decretar la Emergencia Ferroviaria en junio de 2024, el Gobierno nacional definió un plan de acción que incluyen dos obras para el Tren Roca pero no se hace mención a la finalización de la estación Héroes de Malvinas, entre Quilmes y Ezpeleta, cuyas tareas están paralizadas.
La Secretaría de Transporte, dependiente del Ministerio de Economía de la Nación, trabajó en la definición de un plan de acción con medidas urgentes y prioritarias para el redireccionamiento de fondos públicos hacia obras ferroviarias con foco en la seguridad operacional y en la eficiencia de los gastos de cada una de las empresas ferroviarias, indicaron.
Finalización de obras en la línea Roca
Uno de los pocos proyectos ferroviarios contemplados dentro de la propuesta de Presupuesto 2025 es la finalización de los trabajos de modernización de la línea Roca. En este caso, se trata de obras financiadas con un crédito de 130 millones de dólares otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ampliación del préstamo original de 2013.
Este proyecto abarca los trabajos de renovación de vías entre City Bell y La Plata y la reconstrucción de la estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki (Avellaneda) –ambas actualmente en ejecución e incluidas en la emergencia ferroviaria-, así como la finalización de las obras de señalamiento y de renovación de vías terceras, pasos a nivel y los cuadros de estaciones de los ramales La Plata y Vía Circuito.
Sin embargo, no se menciona la reactivación de los trabajos de la estación Héroes de Malvinas de Quilmes.
Para agosto de 2023, la obra se encontraba en un 50%, según había informado la Municipalidad.
Hace más de un año, se trabajaba en la parte estructural de los andenes (tarea que se completó en un 80%), el paso bajo nivel peatonal y el recambio de vías de casi 600 metros. Luego, se seguiría con la construcción de las rampas y la parte de albañilería de los locales propios de la estación (boletería, oficinas y vestuarios) y de los que se destinarían para uso comercial.
La nueva estación buscaba saldar un reclamo histórico de los vecinos y vecinas del barrio Luz y Fuerza y zonas aledañas. Además, pondría fin a la distancia de 4,5 km entre las estaciones de Quilmes y Ezpeleta, y garantizará un acceso más directo al Polideportivo Municipal Reynaldo Gorno, al Estadio Centenario Ciudad de Quilmes y al Parque de la Ciudad, en Quilmes Oeste.
El plan presentado por el Gobierno
Desde el funcionamiento operativo de los servicios, se prevé la adquisición de 3 locomotoras para la línea San Martín y 50 triplas diésel (o 150 coches para pasajeros) para diversas líneas; la compra de equipamiento para ampliar la capacidad en talleres y repuestos para todas las líneas ferroviarias que permitirán actualizar los planes de mantenimiento atrasados.
Como parte esencial de este Plan de Acción, se está trabajando con un equipo de seguimiento entre la Subsecretaría de Transporte Ferroviario y las empresas ferroviarias para eficientizar los gastos que ejecutan.
También, se trabaja en la reducción de gastos corrientes que tienen que ver con la baja de la flota de vehículos, líneas de celulares, entre otros gastos reducidos. Además, se dieron de baja contratos con proveedores que ejecutaban tareas que fueron reemplazadas con personal propio como ser el Control de Terceros o el corte de pasto.
En ese sentido, se pasó de priorizar gastos y obras “de maquillaje” que se hacían en la gestión de Alberto Fernández, como la instalación de “bancos de género” en estaciones, obra que se catalogaba como “mejoras en estaciones”, para en cambio definir ahora la inversión estatal en obras de vías y señalamiento que, en muchos casos no son visibles pero son indispensables para mejorar las condiciones de seguridad operacional.
En ese mismo sentido, se definió la compra de repuestos y material rodante ya que la falta de mantenimientos en los últimos años ha dejado fuera de circulación o cerca de eso a muchas formaciones.
En el caso por ejemplo de la línea San Martín, se trata de más del 90% de las locomotoras que estaban faltas de mantenimiento.
Al momento de comenzar la gestión, el Gobierno Nacional recibió un sistema ferroviario con graves problemas operativos y de seguridad, faltante de repuestos, degradación de la infraestructura de vías, desorden y malgasto en las empresas ferroviarias del Estado, deudas que superaban los 100 millones de dólares, y una gran desigualdad entre subsidios en relación a los verdaderos costos del sistema.
En este contexto fue que se declaró la Emergencia Ferroviaria con el objetivo asignar recursos indispensables al sistema por un monto estimado en $1.293.780.000.0000 y que actualmente son utilizados para las mejoras de seguridad operativa.