El empate en cero entre San Martín de Tucumán y Guillermo Brown de Puerto Madryn resultó en un empate que, aunque parezca neutral, tiene un sabor a victoria para Quilmes. En un partido donde la efectividad brilló por su ausencia, los errores de ambos equipos evitaron que el marcador se moviera. Sin embargo, para el Cervecero, este resultado es un alivio, ya que le permite mantener su posición privilegiada en la tabla de posiciones.
El encuentro estuvo marcado por oportunidades desperdiciadas y falta de puntería frente al arco rival. A pesar de las intenciones de ambos equipos por desequilibrar el marcador, la solidez defensiva y las atajadas de los arqueros impidieron que las redes se movieran. El planteo inteligente de los dirigidos por Sialle, especialmente en un terreno difícil como la Ciudadela, demostró su eficacia al neutralizar las llegadas del equipo local.
Guillermo Brown, por su parte, supo aprovechar los espacios y generó peligro en contragolpes rápidos, pero la falta de precisión en la definición le impidió convertir. La actuación destacada del arquero Soria, sumada a la falta de puntería, frustró las aspiraciones de los visitantes de llevarse los tres puntos.
A pesar de que San Martín de Tucumán tuvo momentos de dominio y ocasiones claras de gol, la falta de acierto y la buena actuación del arquero rival impidieron que lograran capitalizar sus oportunidades. El desacierto frente al arco y la presión del tiempo terminaron por sellar el empate sin goles.
Ahora, la atención se centra en Quilmes, que continúa liderando en solitario la tabla de posiciones de la Primera Nacional. El próximo desafío del Cervecero será enfrentarse a Patronato el lunes en el Estadio Centenario. Para Quilmes, esta es una oportunidad crucial para ampliar su ventaja en la clasificación y consolidar su posición como líder invicto del torneo.
